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La canción del 1-O: "Los golpistas no son golpistas cuando declaran ante Marchena y les interroga un tal Zaragoza"

La undécima semana del juicio del 1-O ha estado marcada por la declaración de uno de los líderes de la asociación de los Mossos por la independencia.

En el año 1994, el maestro Joaquín Sabina publicaba la canción "Por el bulevar de los sueños rotos". Un tema para homenajear a la cantante mexicana Chavela Vargas que versaba así: "Las amarguras no son amargas cuando las canta Chavela Vargas y las escribe un tal José Alfredo". Pues bien, el juicio del 1-O tiene su versión propia: "Los golpistas no son golpistas cuando declaran ante Marchena y les interroga un tal Zaragoza".

Esta letra se lleva repitiendo en la Sala de Enjuiciamiento del Supremo, desde que arrancó la vista oral el 12 de febrero y ha vuelto a sonar en la undécima de la semana del juicio. Al comienzo, la entonaron todos los golpistas, a excepción del valiente y kamikaze Oriol Junqueras. Entre los cantantes de esta melodía, destacaron la expresidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell; el exconsejero de Interior, Joaquim Forn o el expresidente de la ANC, Jordi Sànchez. Ni había referéndum, ni había independencia y menos, golpe de estado.

También entonó la canción en el Supremo un cobarde Gabriel Rufián, que esta semana llamaba "Torquemada" al magistrado Manuel Marchena. Eso sí, no tuvo los arrestos para insinuárselo siquiera a la cara cuando declaró como testigo en el juicio el pasado 28 de febrero.

Dejando a un lado las habituales rufianadas, esta semana en el juicio "ha nacido una estrella" y no es Lady Gaga, sino uno de los líderes de la asociación de Mossos por la Independencia. Un tal Alberto Donaire, que efectivamente, no sabía ni por dónde le venía el aire, cuando se presentó para testificar ante Marchena y responder el interrogatorio del fiscal Javier Zaragoza.

Donaire acudía al Supremo con un currículum prometedor. Una larga lista de mensajes en las redes sociales y de vídeos donde afirmaba estas lindezas: "Como mosso, estoy al lado del Govern para garantizar que se celebra con normalidad el referéndum del 1-O" o "No pienso retirar ni una sola urna el 1-O. Espero que todos tengan claro a quién soy leal".

Sólo unos días antes afirmaba en Twitter: "Todo mi apoyo y solidaridad al presidente Carles Puigdemont. Siempre a su servicio y a su disposición para lo que necesite".

En fin, la declaración de Donaire apuntaba maneras, pero al llegar al Supremo cantó la canción versionada de Sabina en el juicio del 1-O: "Los golpistas, no son golpistas, cuando declaran ante Marchena y les interroga, un tal Zaragoza".

Ante las preguntas formuladas por Vox sobre sus mensajes en Twitter, el valiente mosso empezaba a contestar en catalán asegurando que era agent de los Mossos. El abogado Javier Ortega-Smith replicaba: "¿Y eso qué quiere decir?". "Agente", contestaba el mosso.

Después proseguía interrogando Vox a Donaire sobre sus famosos mensajes de Twitter a favor del golpe. "Diría que yo no soy el que soy juzgado aquí" espetaba compungido el bravo mosso golpista. Para a continuación, en un tono pueril y noño quejarse al tribunal de haber sido nombrado por su nº de identificación como mossos y no por su nombre y apellido: "Albert Donaire".

En ese momento, intervenía el magistrado Marchena que es perro viejo y experto en sofocar bufonadas en el Alto Tribunal: "Usted no confunda el escenario. Usted ha sido citado aquí como testigo. En consecuencia, usted se va a limitar a responder a las preguntas que le formulen las acusaciones y las defensas y que el tribunal declare pertinentes. Usted es un agente de la autoridad y está ante la autoridad judicial. Es un agente de la autoridad que sabe o debe saber perfectamente el papel de un testigo en una causa penal".

Oiga, mano de santo. El aguerrido agente de la Policía autonómica catalana defensor de Puigdemont se dejaba de gansadas y entonaba la mencionada canción del 1-O, es decir se derritió cobardemente ante el tribunal jurando incluso lealtad a la Constitución ante Vox y el siempre efectivo fiscal Zaragoza: "Hicimos nuestra tarea como mossos, respetando siempre las resoluciones para no causar un daño mayor a la población, pero siempre cumpliendo la Constitución". Eso sí, muchas de las preguntas comprometedoras eran resueltas con un recurrente "no lo recuerdo".

Ahí quedó la gallardía del mosso golpista. Perdón, se me olvidaba. Su valentía volvió cuando una vez pasado el peligro, se despedía de la Sala en catalán. Vamos, viviendo al límite que se dice. Y es que como dice la canción: "Los golpistas, no son golpistas, cuando declaran ante Marchena y les interroga un tal Zaragoza".

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