La Assemblea Nacional Catalana (ANC) lo tiene claro. Pensar en un referéndum pactado con el Estado es "ingenuo" y que un organismo internacional imponga una votación, "poco probable". No queda más alternativa que insistir en la declaración unilateral de independencia, la DUI que ya se realizó el 27 de octubre de 2017.
Esa es la conclusión y el objetivo de la nueva "hoja de ruta" aprobada este domingo por la ANC en su séptima asamblea general ordinaria, celebrada en Tarragona. Unas mil doscientas personas han participado en un cónclave que empezó con problemas tecnológicos (no funcionaba el canal "streaming" con Bélgica y Suiza y se estropeó la aplicación de móvil para votar) y concluyó con la aprobación del documento a mano alzada tras encendidas soflamas sobre la desobediencia por parte de los fugados y la presidenta de la organización, Elisenda Paluzie.
Los planteamientos de la ANC mantienen el tono insumiso y radical, apelan a la validez del referéndum del 1-O y reniegan de los intentos negociadores de ERC y de algunos elementos del partido de Puigdemont. El Estado, sostiene la organización, no pactará nunca un referéndum de autodeterminación por lo que conviene preparar una nueva fase de choque con el Estado.
Detalles simbólicos
El plan estratégico de la ANC se basa en la celebración de unas elecciones autonómicas después de la sentencia del Supremo por el golpe de Estado en las que si los partidos separatistas obtienen el 50% de los votos más uno se proclamaría la independencia. El documento aprobado especifica que a diferencia de lo ocurrido tras el referéndum de 2017, la declaración se publicaría inmediatamente en el Boletín Oficial del Parlament y en el Diario Oficial de la Generalidad. También detalla que se debería arriar la bandera española del palacio de la Generalidad y la sede del parlamento.
Según la tesis dominante en la ANC, una sentencia condenatoria de Supremo propiciaría una gran victoria independentista en las autonómicas que podría ser aprovechada para forzar la independencia de Cataluña sobre la base de esos resultados y del 1-O. Sería necesario, apunta la ANC, una perfecta alineación de la Generalidad, el Parlamento, los partidos y la sociedad civil para el embate contra el Estado. En ese sentido, la entidad es sumamente crítica con la división entre ERC, el Pdecat y el entorno de Puigdemont al tiempo que anuncia que prestará apoyo a la formación que sostenga la unilateralidad.
Control de las cámaras de comercio
Para preparar el terreno, sea la independencia después de las autonómicas o más adelante, la organización ha expuesto su intención de concurrir en todas las elecciones de las cámaras de comercio, patronales y sindicatos para tomar el control de esas entidades y colocarlas de manera más clara y rotunda como locomotoras económicas del proceso.
La séptima asamblea de la ANC ha aprobado también sus cuentas anuales. Ni siquiera haber destinado casi nueve millones a letrados y fianzas (y aún queda por pagar una de 5,8 millones de euros para los procesados en el juzgado 13 de Barcelona) ha reducido la capacidad operativa de la organización, que presume de un patrimonio de más de dos millones de euros y de un aumento de los ingresos por cuotas de afiliados del 12%.
Aplausos para los fugados
Los discursos de los fugados Puigdemont, Toni Comín, Marta Rovira y Clara Ponsatí fueron los más aplaudidos por la concurrencia mientras que el consejero de Educación, Josep Bargalló, presente en el acto, recibió algunos pitos. La ANC se considera el motor primero del proceso y ahora de la república catalana y sus dirigentes entienden que su misión es la de presionar a los partidos y que la actual Generalidad no ha hecho nada de lo prometido respecto a la restauración del "presidente y gobierno legítimos" y la aplicación del "mandato" del 1-O.