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El Gobierno aprueba el empadronamiento en "cuevas"

Este sábado 2 de mayo el BOE publicaba "las instrucciones técnicas a los Ayuntamientos sobre la gestión del Padrón municipal".

Este sábado 2 de mayo el BOE publicaba "las instrucciones técnicas a los Ayuntamientos sobre la gestión del Padrón municipal".
Pedro Sánchez en las cuevas de Altamira | EFE

El Gobierno de Pedro Sánchez ha aprobado el empadronamiento en "cuevas". Este sábado 2 de mayo el Boletín Oficial del Estado publicaba "las instrucciones técnicas a los Ayuntamientos sobre la gestión del Padrón municipal" de la Presidencia del Instituto Nacional de Estadística y de la Dirección General de Cooperación Autonómica y Local.

La resolución de 45 páginas era publicada en el BOE por el Ministerio de la Presidencia y actualiza y modifica algunos puntos de la normativa aprobada en el año 2015 por el Gobierno de Mariano Rajoy. Sin duda, la medida más llamativa de la resolución se encuentra en el punto 3 sobre los "Casos especiales de empadronamiento".

La norma mantiene el artículo 3.3 denominado "Empadronamiento en infraviviendas y de personas sin domicilio" indica que "el Padrón debe reflejar el domicilio donde realmente vive cada vecino del municipio y de la misma manera que la inscripción padronal es completamente independiente de las controversias jurídico-privadas sobre la titularidad de la vivienda, lo es también de las circunstancias físicas, higiénico sanitarias o de otra índole que afecten al domicilio. En consecuencia, las infraviviendas (chabolas, caravanas, cuevas, etc. e incluso ausencia total de techo) pueden y deben figurar como domicilios válidos en el Padrón".

"Las situaciones más extremas", añade el BOE, "pueden plantear la duda sobre la procedencia o no de su constancia en el Padrón municipal. El criterio que debe presidir esta decisión viene determinado por la posibilidad o imposibilidad de dirigir al empadronado una comunicación al domicilio que figure en su inscripción. En el caso de que sea razonable esperar que esa comunicación llegue a conocimiento del destinatario, se le debe empadronar en esa dirección".

"La correcta aplicación de este criterio determina, por un lado, que se deba aceptar como domicilio cualquier dirección donde efectivamente vivan los vecinos, y, por otro, que pueda y deba recurrirse a un "domicilio ficticio" en los supuestos en que una persona que carece de techo reside habitualmente en el municipio y sea conocida de los Servicios Sociales correspondientes", afirma la resolución.

Para este tipo de empadronamiento, se deben cumplir una serie de condiciones: "Que los Servicios Sociales estén integrados en la estructura orgánica de alguna Administración Pública o bajo su coordinación y supervisión. Que los responsables de estos Servicios informen sobre la habitualidad de la residencia en el municipio del vecino que se pretende empadronar. Que los Servicios Sociales indiquen la dirección que debe figurar en la inscripción padronal y se comprometan a intentar la práctica de la notificación cuando se reciba en esa dirección una comunicación procedente de alguna Administración Pública".

"En estas condiciones, la dirección del empadronamiento será la que señalen los Servicios Sociales: la dirección del propio Servicio, la del Albergue municipal, la del punto geográfico concreto donde ese vecino suela pernoctar, etc. Evidentemente, para practicar este tipo de inscripción no es necesario garantizar que la notificación llegará a su destinatario, sino simplemente que es razonable esperar que en un plazo prudencial se le podrá hacer llegar", concluye.

Empadronamiento de los reclusos

El punto 3.4 de la misma resolución señala que "el empadronamiento de reclusos en el municipio en el que se encuentra el centro penitenciario sólo podrá realizarse a petición de los mismos. Admitir el empadronamiento forzoso de los reclusos supondría imponer una pena accesoria a la de prisión, que al no estar expresamente prevista resultaría contraria al artículo 25 de la Constitución Española".

"A sensu contrario, los reclusos tienen el derecho de elegir como domicilio habitual el que asignen a efectos de empadronamiento, no siendo pues la residencia efectiva el criterio a aplicar en este caso. La única limitación que cabe establecer al respecto es que no exista, o haya dejado de existir, vinculación con el domicilio elegido para el empadronamiento (por ejemplo, porque la vivienda esté ocupada por otro grupo familiar con el que no se tenga relación o porque las personas que figuren inscritas con el mismo soliciten de forma justificada su baja, etc.)", señala el BOE.

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