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Sáez Valcárcel: el nuevo magistrado del TC que excarceló a Bolinaga, defendió a Garzón y protegió a los okupas

Libertad Digital recopila las sentencias, afirmaciones y decisiones más escandalosas del nuevo magistrado progresista del TC, Ramón Saéz Valcárcel.

El ya magistrado del Constitucional, Ramón Sáez Valcárcel. | EFE

La elección de los cuatro nuevos magistrados del Tribunal Constitucional ha levantado una gran polémica por el "perfil politizado" de los mismos: Enrique Arnaldo y Concepción Espejel a propuesta del PP, y Ramón Sáez Valcárcel e Inmaculada Montalbán a propuesta del PSOE y Podemos.

En las últimas semanas, todos los focos se han puesto en los magistrados propuestos por el PP, especialmente y con gran dureza en Arnaldo. Cabe destacar que Espejel fue recusada para juzgar una pieza del caso Gürtel por el hecho de que fue vocal del Consejo General del Poder Judicial CGPJ a propuesta del PP al igual que lo fue Arnaldo. Sin embargo, Sáez Valcárcel fue vocal del CGPJ a propuesta de IU y Montalbán a propuesta del PSOE.

A pesar de la campaña de linchamiento contra Arnaldo, el magistrado que más polémicas ha suscitado en el mundo judicial es con mucha diferencia y desde hace años Ramón Sáez Valcárcel, el candidato de Podemos propuesto por el PSOE, al que en algunos círculos se le puso el apelativo del juez "antisistema". LD recopila sus sentencias, afirmaciones y decisiones más escandalosas de su carrera, claramente marcada por su ideología más allá de la izquierda.

La cacería puñetera

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El hasta ahora magistrado de la Sala Penal de la Audiencia Nacional integró el tribunal que decidió excarcelar al etarra Iosu Uribetxebarria Bolinaga en septiembre de 2012 al considerar que el carcelero de José Antonio Ortega Lara tenía una enfermedad terminal.

Además, votó a favor de la excarcelación masiva de etarras en el Pleno de la Audiencia Nacional después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos tumbara la doctrina Parot' en el marco de la causa sobre la etarra Inés del Río. Todo ello, antes de que el Tribunal Supremo se hubiera pronunciado sobre el acatamiento de la resolución del TEDH. Saéz Valcárcel también fue el ponente de la sentencia que absolvió en 2014 a 40 acusados de pertenecer a Segi, la cantera de ETA.

El año pasado, fue el único de 5 magistrados en votar en contra de hacer "efectivos los embargos" y "profundizar en la investigación patrimonial" del abogado Gonzalo Boye para ejecutar un pago final de 1,2 millones de euros como indemnización, tras ser condenado por colaborar con ETA en el secuestro del empresario Emiliano Revilla en 1988.

El asedio al Parlamento catalán y Trapero

Ramón Sáez Valcárcel redactó la sentencia que absolvió a los 19 acusados de asediar el Parlamento catalán en 2011 y que posteriormente fue revocada por el Tribunal Supremo, condenando a 8 de ellos a 3 años de cárcel por un delito contra las instituciones del Estado.

En dicha sentencia, Sáez Valcárcel afirmaba: "Cuando los cauces de expresión y de acceso al espacio público se encuentran controlados por medios de comunicación privados, cuando sectores de la sociedad tienen una gran dificultad para hacerse oír o para intervenir en el debate político y social, resulta obligado admitir cierto exceso en el ejercicio de las libertades de expresión o manifestación si se quiere dotar de un mínimo de eficacia a la protesta y a la crítica, como mecanismos de imprescindible contrapeso en una democracia".

El nuevo magistrado progresista del TC impuso también su criterio en el juicio contra José Luis Trapero y acabó absolviendo al mayor de los Mossos d´Esquadra de los delitos de sedición y desobediencia por su participación en el golpe del 1-O.

En 2008, pidió la absolución de unos separatistas que habían quemado fotos del Rey, afirmando que el hecho que se juzgaba en realidad tenía un "carácter ritual". "Prender fuego a banderas, símbolos, fotografías o representaciones iconográficas del poder en manifestaciones callejeras es un hecho normal en nuestro mundo globalizado, una manera de exteriorizar un rechazo radical", añadía.

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Defensor de Garzón o de los okupas

Sáez Valcárcel fue uno de los magistrados que más defendió en su día a Baltasar Garzón, al que le une una estrecha amistad, cuando éste decidió investigar los crímenes del franquismo. De hecho, fue el artífice de uno de los tres votos particulares contra la decisión de la mayoría del Pleno de negar la competencia de la Audiencia Nacional para instruir estos hechos.

Llegó a afirmar que la ley de amnistía no fue ni "una ley de punto final ni de reconciliación" y que el Estado debía "perseguir los graves crímenes contra los derechos humanos, en cualquier lugar y en cualquier momento que se hubieran producido, precisamente porque no sólo afectan de forma directa a las víctimas, sino que agreden al conjunto de la humanidad por su carácter sistemático y masivo". También, fue uno de los jueces firmantes del manifiesto promovido por su asociación Juezas y Jueces para la Democracia en contra de la reforma del CGPJ que quiso desarrollar el exministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón.

En el año 1997, Sáez Valcárcel se convirtió en ‘protector’ del movimiento okupa. En este contexto, llegó a afirmar que "la okupación de viviendas no debía ser delito" y solicitó su despenalización, "porque entendemos que hay otras formas de proteger la propiedad".

"Garantista" y en contra de la Prisión Permanente Revisable

Más recientemente, Sáez Valcárcel se ha definido como un juez "garantista", defensor de la "justicia restaurativa" y contrario a la Prisión Permanente Revisable, cuya constitucionalidad avaló recientemente el TC, porque son "penas cuyo recorrido las convierte en unas penas de difícil compatibilidad con criterios de humanidad".

Sobre este asunto, llegó a asegurar en un libro publicado en 2013: "La cadena perpetua abandona toda esperanza en la capacidad de regeneración del individuo, se sustenta en una visión antropológica pesimista y desecha la reinserción social como fin primordial de las penas, el único que recoge la Constitución. Porque los condenados tienen derecho a regresar a la comunidad en condiciones de interactuar como ciudadanos. De lo contrario, la marea punitivista nos lleva a consolidar la cárcel como contenedor de basura humana, como depósito de personas desechables".

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