El caos y la tragedia vivida en torno a la frontera de Melilla tras el último intento de asalto masivo al vallado sigue trayendo cola. Las cifras de fallecidos no están claras y es posible que nunca se aclaren. Las ONG de Marruecos las cuantifican en 37, mientras el Gobierno de Rabat las sitúa en 23. No se sabe el número de inmigrantes heridos, pero sí de los gendarmes marroquíes (140) y el de agentes de la Guardia Civil (60) que intentaron evitar la violación del territorio nacional.
Pese a las imágenes que han salido a la luz sobre el trato que recibieron los inmigrantes subsaharianos por parte de las autoridades marroquíes, que voces de la oposición han calificado como una vulneración de los derechos humanos, el Gobierno español sigue tratando de ponerse de perfil para no condenar los excesos que pudieron cometer los agentes alauíes. El último en hacerlo ha sido el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska.
"Lamentamos los fallecimientos y trasladamos el pésame a las familias. Esperamos una rápida recuperación de los heridos, entre los que hay 60 agentes de la Guardia Civil y 140 gendarmes marroquíes. Ningún Estado de Derecho puede permitir el ejercicio de la violencia en su frontera", ha dicho el ministro durante su visita al CECOR (Centro de Coordinación) que dirigirá el dispositivo de seguridad de la Cumbre de la OTAN.
Centrando el tema en la actuación de los efectivos del Instituto Armado, que no son las que se encuentran en entredicho tras los hechos de Melilla, y esquivando de nuevo la actuación marroquí, ha explicado que "las Fuerzas de Seguridad del Estado realizan evaluaciones después de cada actuación con el fin de mejorar que si fuera necesario o preciso". "No alberguemos conclusiones cuando estamos en los primeros momentos. Seamos concienzudos", ha insistido.
"El tema de la inmigración es complejo. España está trabajando con los países de origen y de tránsito para tratar de evitar que se den situaciones así. También con la Unión Europea. Estamos luchando contra las mafias de la inmigración, que son las que ponen en riesgo las vidas", ha continuado, tras lo que ha lamentado que no se esté poniendo la responsabilidad de lo acontecido en las mafias migratorias, que según ha dicho son "las que juegan con la vida de estas personas".