La función de policía costera corresponde legalmente a la Benemérita, pese a lo que la Generalidad catalana, con el pacto expreso con Pedro Sánchez, ha empezado a desplegar sus barcos para ir haciéndose por la fuerza de los hechos con el control del mar y, por lo tanto, con el control fronterizo. Pero lo más surrealista de esta historia es que, mientras, el Ministerio del Interior, lejos de frenar esa vulneración legal, ha exigido a los guardias que incrementen sus turnos para poder proteger de verdad la costa, pese a estar los Mossos operativos. Traducido: el ministro Fernando Grande-Marlaska acaba de poner a la Guardia Civil de niñera de los Mossos en la costa.
Desde la asociación mayoritaria de la Guardia Civil, JUCIL, han denunciado la invasión de competencias de los Mossos en el control del mar. Pero ahora, JUCIL ha tenido que denunciar un nuevo paso del Ministerio dentro de esta cesión a las exigencias separatistas. Un paso que, además, supone el reconocimiento implícito de que la entrada en el mar de los Mossos no tiene nada que vez con la protección de los ciudadanos o la mejora de la seguridad y control de la costa, sino, simplemente, con el ansia política de expulsar a la Guardia Civil. Y es que, mientras los Mossos llenan el mar con sus embarcaciones, el propio Ministerio ha tenido que redoblar los turnos de los guardias ante la ineficacia del servicio diseñado para la policía catalana. Desde JUCIL señalan que las reuniones oficiales mantenidas de cara a la elaboración de la Orden General para Patrulleras de Alturas y Medias del Servicio Marítimo de la Guardia Civil han servido para constatar distintos aspectos.
En primer lugar, que "la Jefatura del Servicio Marítimo sostiene que no va a tener en consideración ninguna de las alegaciones aportadas por las diferentes Asociaciones Profesionales". Es decir, que las órdenes vienen desde arriba y no habrá ningún cambio, por mucho que se empeñen los guardias.
En segundo lugar, que "Respecto al cómputo de horas de servicio, según este borrador, los servicios de 24h laborales van a figurar en la práctica como dos días deducibles (15h), insistiendo en que se acogen a la Directiva 2003/88/CE del régimen especial para la Gente del Mar, así como a la directiva 1999/63/CE". ¿Cuál es la razón de esta disputa? Pues las horas de descanso: porque Grande-Marlaska quiere más horas de actividad de los guardias en el mar, pese a estar entrando ya los barcos de los Mossos.
JUCIL explica e insiste en que dicha normativa no puede ser de aplicación para el personal del Servicio Marítimo, puesto que la misma se aplica al personal embarcado en buques civiles o de la marina mercante que se dedica a labores marítimas comerciales, y que las patrulleras de la Guardia Civil no se encuentran dentro de ese régimen legal. Pero, es más, el personal de la marina mercante disfruta de horas de descanso reglamentarias a bordo, "cosa que para el personal del servicio marítimo de la Guardia Civil no se aplica, puesto que dichas 24h reguladas son efectivas y continuadas a pleno nivel laboral, sin tener ningún tipo de periodo de descansos durante dichos servicios", aclara JUCIL.
Desde la asociación destacan un segundo aspecto legal de gran importancia: "Si nos quieren equiparar a nivel laboral a la normativa de las gentes del mar, también deberían aplicarnos el índice corrector de jubilaciones tal y cómo se recoge en dicha norma, puesto que no es de justicia que se acojan a la parte de la normativa que les beneficia a ellos, y omitan la parte que nos beneficiaría a los guardias civiles". Y, por si había alguna duda de la intención del Gobierno, la orden general regula igualmente un aumento del número de servicios mensuales del personal en esta especialidad. JUCIL hace hincapié en la imposibilidad de asumir un aumento de la carga de trabajo: "Ni tenemos medios, ni personal suficiente para soportar tal carga de trabajo. Dicho aumento de horas laborales repercutirá en el cansancio y fatiga del personal embarcado, por lo que podría acarrear accidentes o estrés laboral, y, en vez de aumentar, la operatividad de los servicios marítimos, se puede traducir en la práctica en todo lo contrario".
Hay que recordar que, para colmo, el Gobierno ha forzado una paulatina sustitución de los guardias actuales por los Mossos justo en el área que más apariencia de supuesto país puede dar a la Generalidad separatista: el control de las costas y las fronteras. La norma en cuestión es otra Orden General, por la que se modifica la OG 21/2021 de 9 de septiembre: la que regula la especialidad de fiscal y fronteras de la Guardia Civil. Y allí, los cambios introducidos no reconocen "a todos los guardias de la 126 promoción que hayan realizado sus prácticas en unidades fiscales para que continúen comisionados en ellas", tal y como señala JUCIL.