Cinco personas han muerto en 2022 en enfrentamientos entre "bandas juveniles" -como la izquierda se empeña en llamarlas- en la Comunidad de Madrid, según los datos ofrecidos por la Delegación del Gobierno. No se incluyen aquí los fallecimientos de dos jóvenes -de sendos disparos- en Alcorcón y Fuenlabrada a principios de octubre, a pesar de que los implicados eran pandilleros. En cualquier caso, la cifra es muy superior a la de años anteriores y ha hecho saltar todas las alarmas en la región, donde se concentra la mayor parte de la actividad delictiva de estas organizaciones criminales.
No es para menos después del último asesinato. El crimen de William Bonilla, cuya investigación continúa abierta, ha conmocionado al país. El chico tenía solo 15 años, era español -hijo de dominicanos- y fue asesinado a balazos el 4 de diciembre de 2022 en el distrito de Villaverde, cuando se encontraba sentado en el banco de una plazoleta acompañado por unos amigos. Inicialmente su familia aseguró que no pertenecía a ninguno de estos grupos, pero todo apunta a que su muerte está relacionada con la rivalidad entre bandas latinas.
Según las pesquisas, William estaba vinculado a los Trinitarios y había sido "marcado" por un presunto miembro de los Dominican Don't Play (DDP). Su muerte podría ser parte de una "venganza" o un "ajuste cuentas", señaló la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González. El plan antibandas que su departamento puso en marcha el 2 de diciembre de 2021 y reforzó el pasado mes de febrero, llamado ‘Hispano’, no ha logrado frenar la escalada de violencia registrada a partir de que se extinguieran las restricciones decretadas por la pandemia.
El consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de la Comunidad de Madrid, Enrique López, reprocha a González que siga sin prestar la suficiente atención a este problema. Aunque asegura que la región es segura, también considera que es necesario "trabajar" para "erradicar esta delincuencia criminal organizada". No es partidario de poner paños calientes a la violencia de estas bandas a las que el Ejecutivo de Pedro Sánchez resta importancia con denominaciones como "grupos juveniles".
Las bandas latinas están en proceso de eclosión en Madrid. Las cifras hablan por sí solas. No sólo porque han aumentado los asesinatos, también las reyertas, las peleas, las mutilaciones y los heridos, así como el número de jóvenes que simpatizan y entran a formar parte de sus estructuras. En sus 20 años de historia en España, sus adeptos han ido fluctuando. Pero la curva de 2022 es ascendente. No se puede negar que se ha producido "un pequeño repunte", reconoce el inspector de policía y portavoz de h50 Serafín Giraldo durante su análisis para LD.
El repunte de 2022
La Policía y la Guardia Civil han detenido en el último año a alrededor de 1.400 personas relacionadas con bandas latinas en Madrid. El 37% de ellos son menores de edad, aunque se cree que la cifra real puede ser bastante mayor. Muchos no están fichados y los líderes de estas organizaciones criminales les utilizan fácilmente para sus fines lucrativos. También se ha producido un aumento significativo de mujeres que ingresan en sus estructuras.
Estas organizaciones criminales están en crecimiento. "En 2006 fue su punto álgido, con alrededor de 800 pandilleros. En el 2013 su punto de declive, con entre 200 y 300", señala Giraldo, "y ahora están entre 500 y 600 solo en Madrid". "¿Cuál es el problema? Pues que son violentos. ¿Qué armas utilizan? Armas blancas. ¿Cuál es el peligro? Que tengan acceso a armas de fuego, que ya se ha visto un conato de su uso", reflexiona. A los expertos, este es el punto que más les preocupa.
Hay que tener muy en cuenta el "factor imitación", advierte Giraldo. Eso es lo que estamos viendo aquí. En España, estas bandas -asegura el inspector- "son burdas imitaciones". "Ahora mismo se están enfrentando los Dominican Don´t Play (DDP) y los Trinitarios en Estados Unidos, y estos lo que hacen es emular lo que está pasando allí", explica. "Ellos se linchan, nosotros nos linchamos. Es tan sencillo como eso".
Evolución en España
En lo que se refiere a la evolución de las bandas latinas, que llegaron a España hace dos décadas de la mano de los Latin King, podemos destacar tres hechos probados:
Hay más menores en sus filas. En sus inicios, apenas representaban el 10% de los integrantes de estos grupos criminales. La estimación que se realizó antes de la pandemia de Covid_19 es que ya alcanzaban el 32% del total de los pandilleros que había en ese momento en Madrid. Se cree que en la actualidad la cifra podría superar el 50%, ya que muchos de ellos ni siquiera han sido identificados por la policía. Hay constancia de que algunos de ellos apenas alcanzan los 12 años de edad, y son captados en parques o institutos.
Son más violentas y se llevan peor. Es fácil llegar a esta conclusión si echamos un vistazo a los datos. Se registran más incidentes relacionados con conflictos entre bandas, ya sea por luchas de poder territorial o ajustes de cuentas vinculados a las actividades delictivas que garantizan su supervivencia (como la venta de droga). Cada vez son más frecuentes las peleas entre bandas. Reyertas que se registran prácticamente todos los fines de semana, dejando -como mínimo- varios heridos.
Están mejor armadas, cuantitativa y cualitativamente. Esto es lo que más preocupa, el posible salto a las pistolas. La policía no solo incauta más armas en las intervenciones relacionadas con estas pandillas violentas, si no que además han subido un escalón en la pirámide de peligrosidad. Hasta ahora los conflictos entre bandas en España se caracterizaban por el uso de armas blancas, y de un tiempo a esta parte se han empezado a registrar incidentes armas de fuego.
Características generales
Las bandas latinas con más presencia en España son: Latin King y Ñetas, las primeras en llegar a la península; Dominican Don't Play (DDP) y Trinitarios, mayoritarias en este momento; Blood y Forty Two, con mucha menos incidencia que el resto. Operan principalmente en Madrid, Barcelona y País Vasco, aunque encontramos pequeños grupos en ciudades como Toledo, Valencia o Zaragoza.
A nivel global, no suponen un gran problema de seguridad ciudadana. Representan una parte pequeña de la actividad criminal que se registra en el país cada año. Los ojos de los expertos están puestos en el fenómeno que está ocurriendo en Madrid, donde las bandas están creciendo y se están volviendo más violentas. Eso sí, afortunadamente no llegan a las cotas de las bandas originales (fundamentalmente de EEUU y República Dominicana) en las que se miran.
Estos grupos criminales viven en permanente conflicto por el control del territorio. "A veces por dominar un parque", señala Giraldo, "son gente muy joven, de 12 a poco más de 20 años". "Los DDP y los Trinitarios han adquirido cierta relevancia, en detrimento de los Latin King y los Ñetas", explica el inspector, "están en horas bajas". Apenas representan el 25% de los 500 pandilleros contabilizados en este momento en Madrid. "Tendrán 60 o 70 miembros cada una".
Tradicionalmente, estas bandas usan armas blancas u objetos punzantes en sus enfrentamientos. Cuchillos, destornilladores, navajas, catanas, machetes o una variante -que les gusta mucho- llamada bolomachete (o zapador). Es originario de Filipinas y sirve para cortar cocos, o caña de azúcar. En ocasiones, con mazos o bates de béisbol. Preocupa ahora el aumento de las reyertas con pistolas y otras armas de fuego.
Símbolos y presencia en Madrid
En cuanto a la forma de actuar, no hay "diferencias significativas". Son fundamentalmente "simbólicas". Cada una tiene sus colores, sus prendas de ropa, sus números y hasta su música. Aunque cada vez se guardan más de que se les identifique fácilmente por su apariencia, con el objetivo de pasar desapercibidos para la policía.
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Dominican Don´t Play
"Los DDP son muy organizados. Hay una férrea estructura interna, igual que la banda original. Se mueven mucho por Villaverde", nos resume Giraldo. Se han hecho fuertes en la Comunidad de Madrid. Junto con los Trinitarios, son los más numerosos. Y entre ellos están muy enfrentados.
Esta banda latina nace en el Manhattan de 1990 y está formada fundamentalmente por dominicanos. Se organizan en subgrupos, llamados "coros", que tienen su propia jerarquía y obedecen las órdenes de un jefe al que llaman ‘corona suprema’.
"Utilizan gorras negras, ropa muy ancha y collares con cuentas", indica el inspector. Sus colores: azul, blanco y rojo (los de la bandera dominicana). El saludo: con el dedo corazón doblado hacia el interior de la palma de la mano. Su lema: "amor de tres".
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Trinitarios
También conocidos como ‘Trinis’, ‘TNT’ o ’3nt’, fueron catalogados por el Tribunal Supremo como "organización criminal" en una sentencia de 2014. 'Plátano', uno de sus miembros, se ha convertido recientemente en el primer integrante de una banda latina en ser condenado a prisión permanente revisable por asesinar en 2016 a un joven de los Ñetas en Vallecas.
Esta organización de origen dominicano nace en Nueva York. Aunque también la integran ecuatorianos y peruanos. Se tienen por una de las bandas latinas más violentas. Para ganarse el respeto de sus líderes, los nuevos miembros deben dar palizas y perpetrar robos. "Se mueven por Usera y por Villaverde", indica Giraldo.
En cuanto a sus señas de identidad, son: el trébol, el color verde y el número 7. Precisamente siete son los preceptos que todos deben cumplir, según los documentos incautados en distintas intervenciones policiales. De lo contrario, son penalizados. "Ningún trinitario puede confiar en nadie que no sea trinitario. Somos una organización secreta", esta es una de las primeras normas que han de aprender.
"Se llaman guerreros" entre ellos y tienen que estar "preparados para un 30 30 (código de la guerra)". Se saludan con las manos cruzadas y tienen un gesto muy característico, el de apuntar con los dedos como si fuese una pistola. Su lema: "Dios, Patria y Libertad" (el mismo de la bandera dominicana). Se dice que una vez dentro, no hay marcha atrás. Se entra, pero no se sale.
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Los Ñetas
"Surgen a finales de los años 70 en las cárceles de Puerto Rico", señala el portavoz de h50. En los 90 muchos se marchan a Estados Unidos, y es allí donde comienza su rivalidad con los Latin King. A España llegan con el movimiento migratorio de principios de los 2000. Su color identificativo es el blanco y veneran la imagen de su fundador, Carlos Torres Iriarte ‘La Sombra’.
Él defendía los derechos de los presos y fue asesinado por una banda carcelaria rival, ‘Los 27’. Tienen un código secreto compuesto por 28 normas de obligado cumplimiento, que empiezan por "ser puntual" y "cuidar los unos de los otros". LLaman la atención los que hacen referencia a "no permitir que humillen a un hermano" o "no robar en tu barrio". En Madrid, fundamentalmente Puente de Vallecas.
Visten con ropa holgada, suelen llevar un pañuelo o bandana en la cabeza y también joyas de gran tamaño (pulseras y collares). Entre sus símbolos: la bandera de Puerto Rico y la Ñ con un corazón (amor de ñeta). Se saludan con los dedos índice y corazón entrelazados, y estirados.
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Latin King
Nacen en Chicago, en 1954. Es la organización criminal por la que se acuñó la expresión banda latina en España, en el 2000. Un par de años antes, se empezó a gestar su formación en Madrid. Inicialmente estaba integrada solo por ecuatorianos, ahora representan el 80%. Podríamos decir que el perfil ha ido evolucionando. En la actualidad, permiten la entrada a rumanos, subsaharianos y españoles.
Fueron los primeros en extenderse y protagonizar incidentes violentos en la península. Sufrieron un duro golpe en 2012, cuando la banda fue declarada ilegal por el Tribunal Supremo. Después lograron remontar, pero con el tiempo los DDP y los Trinitarios les han cogido la delantera, convirtiéndose en las bandas latinas con más adeptos.
Se estructuran en: naciones, reinos y capítulos (la unidad básica). Tienen una extensa simbología, empezando por la corona de cinco puntas. Representa las cinco islas del Caribe: Puerto Rico, Cuba, República Dominicana, Haití y Jamaica. Cinco son también los valores inherentes a su nación y las palabras que componen su lema: "amor, honestidad, respeto, obediencia y sacrificio".
Se saludan uniendo los dedos meñique, índice y pulgar (manteniendo plegados hacia la palma el anular y el corazón). Tradicionalmente, visten de negro (muerte) y amarillo/oro (vida). Suelen llevar pañuelo en la cabeza y collares de cuentas. Se mueven por municipios de la Madrid como Alcorcón, Getafe, Leganés o Parla, así como por el distrito de Villaverde y algunos barrios de la capital.