
La Pascua Militar es un acto solemne que se celebra cada 6 de enero en el Palacio Real de Madrid. Inicia oficialmente el año castrense y está presidido por los Reyes de España, a los que acompañan autoridades civiles y militares. Durante el mismo, se realiza un balance de los principales hitos del año militar recién concluido, se condecora a los uniformados que destacaron por sus méritos, y se marcan las líneas generales del año que se inicia en con ese acto.
Junto a los monarcas, están presentes el presidente del Gobierno, los ministros de Defensa e Interior (por ser responsable de la Guardia Civil, un cuerpo de naturaleza militar), el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), y los máximos responsables operativos del Ejército de Tierra (JEME), Armada (AJEMA), Ejército del Aire y el Espacio (JEMAE) y de la Guardia Civil, aunque solo toman la palabra el Rey y el responsable de la cartera de Defensa.
También están invitados a este reducido acto castrense los responsables de algunas Reales y Militares Órdenes como el de San Fernando o San Hermenegildo, así como los de la Asociación de Veteranos y los de la Hermandad de Caballeros Mutilados de Guerra por la Patria.
El acto empezó a celebrarse en el siglo XVIII con el objetivo de conmemorar la reconquista de la isla de Menorca (1782), que estaba ocupada por los británicos desde su toma en 1708 en plena guerra de sucesión española y cuya soberanía había sido reconocida posteriormente por las autoridades españoles en el Tratado de Utrech (1713). En ese tratado también se reconoció la soberanía británica de Gibraltar, que se había perdido en 1704.
El asalto a la isla de Menorca comenzó su fase definitiva, precisamente, un 6 de enero de 1782, después de dos meses de ataques de desgaste sobre el castillo de San Felipe, en Mahón, donde se encontraban guarnecidas las tropas británicas. Una flota de 52 navíos con unos 8.000 infantes de marina a bordo comenzó a bombardear sin descanso el fuerte con la intención de hacer flaquear la resistencia británica y permitir el desembarco en las playas próximas al castillo.
Los ataques prosiguieron sin descanso hasta que el 5 de febrero, casi un mes después, cuando los británicos ondearon la bandera blanca y ofrecieron su rendición a las tropas franco-españolas lideradas por el Duque de Crillón. Fueron capturados más de 3.000 soldados y oficiales británicos, incluyendo un mariscal de campo, que se rindieron ante las banderas españolas –la actual enseña rojigualda no se adoptaría hasta tres años más tarde-.
Carlos III aprovechó inicialmente esta celebración para recompensar los méritos en el campo de batalla, ya fuese a través de ascensos en el empleo o concediendo el ingreso en órdenes militares, al tiempo que hacía un agradecimiento público y en persona a quienes se jugaban en combate su vida por España. Con el paso de los años el formato de la Pascua Militar ha ido evolucionando hasta su formato actual.

