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Hallan restos óseos del empresario González Borrajo en el pozo de Manzanares

Las pruebas de ADN han confirmado que se trata del varón, desaparecido en 2019. El presunto cómplice del asesino llevó a la UCO hasta el lugar.

Las pruebas de ADN han confirmado que se trata del varón, desaparecido en 2019. El presunto cómplice del asesino llevó a la UCO hasta el lugar.
Inspección del pozo señalado por el cómplice del presunto asesino del empresario. | GUARDIA CIVIL

Era cuestión de tiempo. La Unidad Central Operativa (UCO) buscado incansablemente desde el pasado miércoles los restos del empresario Jesús María González Borrajo, desaparecido el 19 de junio de 2019, en el pozo de Manzanares que señaló Gaspar R., el okupa jubilado y ludópata que -según ha reconocido él mismo- ayudó al intermediario Antonio Caba a deshacerse de sus dos víctimas. Y a última hora de este martes se han hallado unos huesos.

No ha sido fácil llegar hasta ellos. El pozo en cuestión es "estrecho y de gran profundidad", explicaron fuentes cercanas al caso a Libertad Digital, "apenas tiene 40 centímetros de diámetro". De ahí que sumaran efectivos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) al operativo y que incluso se fabricara una herramienta -una especie de mano de metal- para intentar alcanzar el ‘bulto’ que los investigadores podía ver con las cámaras introducidas en el hueco.

Según ha confirmado la subdelegada del Gobierno en Ciudad Real, María de los Ángeles Herreros, las pruebas de ADN ya han confirmado que los restos óseos pertenecen a González Borrajo. No obstante, se daba por sentado. Según explicó Gaspar, él mismo llevó el cadáver (con Caba) hasta el lugar donde se han localizado los huesos. El modus operandi fue prácticamente el mismo que después utilizaron con Juan Miguel Isla -desaparecido en julio de 2022-, cuyo cuerpo fue hallado a mediados de marzo en un pozo de una finca de Valdepeñas.

La familia del desaparecido en 2019 esperaba noticias -ya con cierta impaciencia- desde hacía días. Estaban avisados de que pronto se lograría llegar hasta los huesos, pero la inspección del pozo resultó más complicada de lo que pensaban inicialmente. Tenían que intentar alcanzarlos sin eliminar posibles restos biológicos. Finalmente ha sido posible gracias al uso de una máquina con la que han sacado varias piedras de grandes dimensiones.

De esta forma, se confirmaría por tanto la implicación de los dos detenidos por el crimen de Isla en la desaparición y muerte de González Borrajo. Su familia siempre sospechó que el corredor tenía algo que ver en los hechos. Le debía dinero y fue la última persona que le había visto. El día que se le perdió la pista quedó con él para la venta de dos coches de alta gama, operaciones en las que Antonio Caba había hecho de intermediario.

Caba, el nexo

La desaparición del empresario vinícola Juan Miguel Isla, cuyo cadáver fue hallado a mediados de marzo en un pozo de Valdepeñas, se produjo el verano pasado en extrañas circunstancias. El hombre había quedado con su colaborador -Antonio Caba- que habría hecho las veces de intermediario para la venta de una finca, valorada en más de un millón de euros, y ya no se volvió a saber nada de él.

Según nos contó la mujer de la víctima, su marido "hacía negocios" con el corredor porque era "como el agente inmobiliario de la zona" y tenía una relación de amistad con algunos miembros de su familia. Su marido no vivía en Manzanares (residía con ella en Alicante) y necesitaba la ayuda de alguien que estuviera en el pueblo.

En el caso de Jesús María González Borrajo, que se dedicaba a las máquinas tragaperras y tenía 55 años cuando se le perdió la pista, se esfumó justo cuando tenía que cobrar unos pagarés de este intermediario -por la venta de los mencionados vehículos de lujo-, que fueron encontrados en su vivienda tras su desaparición.

En ambos casos, el comisionista debía dinero a los desaparecidos y fue la última persona que les vio. Motivo más que suficiente para que estuviese en el punto de mira de los investigadores desde el principio. Le siguieron, grabaron sus conversaciones y no fueron a por él hasta que lo tuvieron bien pillado. Es decir, cuando localizaron el cadáver de Juan Miguel.

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