El presidente del Gobierno pidió parar "la ola reaccionaria" por "nuestros hijos y hijas" y defendió la convocatoria de elecciones para "clarificar" si los españoles quieren una "España progresista o trumpista". El rostro, en especial su mentón, no podía disimular su frustración con los resultados del domingo con un rictus más serio que el habitual.
Sánchez augura "una tormenta tremenda" en referencia a la campaña de las Generales. El líder socialista sostiene que, lo visto durante los últimos quince días, fue un "aperitivo de insultos, suciedad y mentiras" de lo que veremos el 23-J. "Van a tratar de crispar hasta límites insospechados, para que no se escuchen los argumentos, con el único empeño de que bajemos los brazos y desmovilicemos a la mayoría", sentenció. A pesar de todo ello, el presidente del Gobierno seguirá con sus pactos con los herederos de ETA y con los independentistas catalanes.d

