Tras unos días de desintoxicación tuitera, el expresidente de la Generalidad prófugo en Bélgica, Carles Puigdemont, ha reaparecido en la red social X para negar que se hayan abierto las negociaciones sobre la amnistía y para advertir que los contactos habidos hasta ahora no son propiamente una negociación. También ajusta cuentas y se jacta de que tanto el PSOE como el PP negaban a Junts la condición de actor político y ahora se desviven por negociar con su partido.
Puigdemont vuelve a la estrategia de la negociación sobre la Mesa del Congreso. De entrada, un perfil duro para desmentir las negociaciones al paso de la "cantidad de especulaciones en forma de información que han ido apareciendo". Y se muestra tajante: "No hay ninguna negociación en marcha con nadie, ni se ha presentado ningún proyecto de amnistía a ningún partido político".
Quinze dies després de l'acord per a la mesa del Congrés dels Diputats, la quantiat d'especulacions en forma d'informació que han anat apareixent porten, probablement, a algunes conclusions errònies que caldrà aclarir aviat. No hi ha cap negociació en marxa amb ningú, ni s'ha…
— krls.eth / Carles Puigdemont (@KRLS) August 31, 2023
Pero más sustancial resulta aún el final del mensaje cuando anuncia que, el próximo martes día 5, se pronunciará sobre las reivindicaciones de su partido para la investidura en la "conferencia inaugural de la jornada interparlamentaria que hemos convocado en Bruselas para coordinar las acciones a llevar a cabo en el último tramo de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea", según reza su convocatoria.
Críticas a todos los partidos
En cuanto a la situación actual, Puigdemont admite que "hay conversaciones con diferentes actores políticos, como es lógico. La mayoría son conversaciones que ya teníamos en la legislatura pasada, en la que JxCat vivía sin opciones de participar en ninguna negociación por decisión de todos los actores que ahora piden conversar". Tanto el PSOE, como Sumar, el PP e incluso ERC se pueden dar por aludidos. En el caso de ERC, porque fue el partido de Oriol Junqueras el que vetó la participación de miembros de JxCat en la llamada mesa de diálogo y negociación con el Gobierno (en la que se sustanciaron los indultos y eliminar la sedición) porque Jordi Turull y Jordi Sànchez no eran consejeros de la Generalidad.
En cualquier caso, aprovecha el repaso para insistir en que "se debe tener mucho cuidado para no confundir estas conversaciones con una negociación". Dice además Puigdemont que se debe a su partido, a su electorado y a todos los catalanes y ya de paso niega que haya desmantelado la "asamblea de representantes" del fantasmagórico Consell de la República (con la pretensión de Parlament paralelo en "el exilio") para no tener que dar explicaciones".