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La prensa de un vistazo

Lucía Méndez se alinea con el sanchismo mediático y ridiculiza a 'El Mundo'

Y llegó el día en que sucedió todo lo que nos venían anunciando. El PSOE vende a España por 7 céntimos de euro.

Y llegó el día en que sucedió todo lo que nos venían anunciando. El PSOE vende a España por 7 céntimos de euro.
Lucía Méndez. | Europa Press

El Mundo

"Sánchez rinde el Estado a Puigdemont". Sánchez no, el PSOE. El fin de la democracia. Los jueces están acojonados. "El Poder Judicial advierte de que el 'lawfare' es "puro chavismo, el fin de la independencia judicial"". También los jueces socialistas. Cómo será la cosa. Después vendrá el Rey.

Dice Joaquín Manso en el editorial que "las cesiones hechas por el PSOE para mantenerse en el poder superan los peores temores. Todo el acuerdo firmado contiene el inconfundible axioma del independentismo: el cuestionamiento de la democracia española y del Estado de Derecho, como forma de debilitar a la Nación y de avanzar hacia la autodeterminación de Cataluña. Sánchez ha aceptado la amnistía total, negociar un referéndum, que un verificador internacional supervise su acción de gobierno, discutir la transferencia del 100% de los impuestos y recoger que en España existe persecución judicial por motivos políticos -el llamado lawfare-. Es una lista demoledora y un golpe durísimo para la ciudadanía, que de ninguna manera dio su voto para esto en las pasadas elecciones, pese a lo que afirman los propagandistas del Gobierno", algunos de los cuales escriben en El Mundo.

"Desde este jueves, para asegurar su investidura y sólo su investidura, Pedro Sánchez ha entregado España y toda acción de su próximo Ejecutivo a la arbitrariedad del prófugo de la justicia que desencadenó el mayor golpe a nuestra convivencia de los últimos 40 años". "Las cesiones hechas por el PSOE para mantenerse en el poder superan los peores temores". Lo del PSOE no tiene nombre. Bueno sí, traición. "El acuerdo saca al PSOE del pacto constitucional y de los valores que lo alumbraron, para entregarse al frentismo y la criminalización del adversario".

"El PSOE, en fin, asume que no podrá gobernar con igualdad, y acepta pagar precios medulares para cualquier sistema democrático bajo el pretexto de que el debilitamiento del Estado es preferible a la alternancia en el poder. En el pacto no hay ni una sola medida que contribuya al bienestar de los españoles; al contrario, todo está destinado a su división". El PSOE ha acabado con la democracia.

Lucía Méndez se burla de su periódico, y viene a decir que este editorial es una bobada y Joaquín Manso un exagerado. Y lo llama análisis. "Todas estas concesiones ni rompen España, ni acaban con la democracia, ni son el acabóse de la Nación, ni convierten a Sánchez en un dictador. Son, sencillamente, concesiones inaceptables para la mitad de los españoles -como mínimo, de ahí para arriba- y decisiones injustas a cambio de siete votos". Y es que para Lucía, Sánchez es una víctima de fachas como los de su periódico.

"Las urnas no concedieron a Alberto Núñez Feijóo los votos necesarios para ser presidente del Gobierno. Sánchez venció a sus enterradores y además tiene suerte. La suerte de que los socialistas hayan concluido que la derecha española quiere acabar con el PSOE. No sólo con su secretario general. Feijóo dijo que tras el pacto con Puigdemont, el PSOE ha desaparecido. Eso le gustaría a él, sin duda, pero está lejos de suceder así". Mientes, Lucía, tu sabes perfectamente que el PP quiere, siempre ha querido, pactar con el PSOE. Y que ha sido Sánchez el que se ha entregado a los extremos porque odia a la derecha, no al contrario.

"Los socialistas están permitiendo a Pedro Sánchez que haga lo que está haciendo porque se sienten atacados y agredidos en la figura de su líder. Sánchez completa su suerte con una izquierda mediática que le sirve de escudo para su supervivencia". Entre los que se encuentra Lucía Méndez. Verás, Lucía los socialistas permiten a Sánchez que haga lo que está haciendo porque les va el sueldo en ello. Pero si hay que mentir por Sánchez, pues se hace lo que se puede.

"El progresismo español autoriza a Sánchez a hacer lo que quiera y esto, sin duda, colma al presidente de las virtudes que practica para gestionar la necesidad". A veces parece que todo lo que escribe la ultrasanchista Lucía en El Mundo es para desacreditar a El Mundo. Los comentarios a este artículo son demoledores. Los lectores del periódico liberal están muy cabreados.

Federico Jiménez Losantos dice que "Fráudez siempre es capaz de caer más bajo de lo que imaginamos. Pero completar la ley de amnistía con el timo del lawfare, supera todo lo que los jueces y juezas para la democracia y el democracio podían imaginar. De hecho, ayer publicaron una nota con todas las demás asociaciones de jueces denunciando el lawfare del Felón. Y es que, según esa doctrina, que deja en manos de los delincuentes procesar a sus jueces, ellos mismos hasta el mes de julio, cuando Sánchez decía que la amnistía era delito, procesaron y condenaron por delitos comunes a gente de la Guardia Roja del Caganer en cap, que ahora podría llevarlos a los tribunales". "Ayer empezó la dictadura de Sánchez al servicio de Puigdemont. Ayer empezó también la resistencia al golpe de Estado de esta gentuza". Todos tendremos que estar preparados para lo que se nos viene encima. Sánchez es Maduro y Ortega y España, Venezuela o Nicaragua.

El País

"PSOE y Junts pactan una amnistía para el procés". "Jueces, fiscales y el Poder Judicial salen en tromba contra las referencias al "lawfare’ o judicialización de la política" en el acuerdo entre el PSOE y Junts". Exagerados, que diría Lucía Méndez. "Bulos e hipérboles sobre la amnistía: del "esto es la dictadura" a "inocentes a la cárcel"". Firma Natalia Junquera pero bien podría firmar Lucía Méndez. "La oposición ha explotado el cambio de posición del PSOE y de su líder, Pedro Sánchez, respecto a la amnistía para los condenados, procesados o imputados por el procés". Cambio de posición. Sin despeinarse.

El editorial, en su línea. Acusa al PP y Vox de "reaccionar con un torrente de palabrería apocalíptica sobre el futuro de España e incluso de la democracia, de la que no está ausente la habitual estrategia de deslegitimación del Gobierno". El Gobierno se deslegitima el solito, no necesita a nadie más. "Hablar de humillación, de atentados a la dignidad y de vulneración de la división de poderes y del Estado de derecho no es solo una mentirosa hipérbole sino también un abuso irresponsable del lenguaje que polariza y degrada peligrosamente la vida política, llevándola incluso al acoso sostenido de los rivales políticos". Perdona, bonita, pero el acoso lo sufre el PP y sus votantes, a los que Sánchez ha expulsado de España.

"El pacto entre PSOE y Junts devuelve a los independentistas al marco constitucional", dice. Todo está muy bien, la amnistía es lo mejor, los jueces y fiscales son unos exagerados, y vamos a ser todos mucho más felices y nada que ver con que Sánchez necesita esos votos. "Es el camino plenamente constitucional y acorde con la mejor tradición pactista de la Transición el que se abre de nuevo, después de que, desgraciadamente, llevara clausurado más de una década". Lo esperado en el periódico del régimen que nos quiere hacer comulgar con ruedas de molino.

Máriam Martínez Bascuñán sienta las bases de lo que se podrá decir o no decir en el futuro. "La retórica de la "humillación" que estos días airea un PP arrastrado por un régimen emocional que agita la ultraderecha no es tranquilizadora". "La exageración y las hipérboles tienen algo antidemocrático: expulsan del debate a las opiniones sensatas y promueven el resentimiento y la ira, potenciando procesos de escalada". Lo que no es tranquilizador es esta línea de El País. Estamos a un paso de que los medios del régimen dicten lo que se puede decir y que no. Censura.

ABC

"El PSOE humilla al Estado". En breve, este titular te podrá llevar a la cárcel por antidemocrático. "El Partido Socialista ha dejado de ser lo que fue durante más de 40 años de democracia", sentencia el editorial. "La cesión es total y, para poder perpetuarse en el poder, el Partido Socialista ha permitido redefinir algunas líneas maestras de nuestros equilibrios políticos, económicos y judiciales que apuntalan un Estado de derecho. Y lo ha hecho, exclusivamente, a cambio de siete votos". Y con mucho gusto.

"Pedro Sánchez tiene perfecta legitimidad para intentar formar gobierno. Lo que no puede es someter las garantías constitucionales o principios básicos de nuestra convivencia a su interés privado ni al de sus socios". A Sánchez, nuestra convivencia le importa un pito, lo ha demostrado con creces.

"Cuestionar la legitimidad de los jueces era algo previsible en Podemos, en Sumar o en los independentistas, pero ahora es el propio PSOE, un partido de tradición institucional, quien acoge la posibilidad de intervenir políticamente las decisiones judiciales y hasta de perseguir a los magistrados".

"Esta ruptura con el pacto de convivencia forjado en la Transición ha requerido de la cooperación necesaria de un partido al completo que ha decidido someterse al hiperliderazgo de su secretario general. Nada de lo que ocurre se hará posible sin el concurso necesario de 122 diputados. Y la erosión de nuestra cultura democrática tampoco habría sido posible sin un entramado mediático y opinativo que ha intentado legitimar todos los excesos del PSOE con tal de anular la posibilidad de que exista una alternancia en el Gobierno". Y esa es la verdad la diga Agamenón o su porquero. Y además, la ha verbalizado el propio Sánchez, así que para qué llevarle la contraria.

Diego S. Garrocho también apunta a los medios sanchistas como grandes culpables de lo que está pasando. "No olvidemos cuáles son las dos causas de este desastre: la obsesión personal de un hombre, y la aquiescencia de una cohorte de políticos y opinadores que piensan que pueden desarticularse algunas garantías democráticas con tal de que ganen los suyos. Es la aversión cerval a la legítima alternancia política lo que ha provocado este desastre despótico". Y tienen nombres y apellidos.

La Razón

"Puigdemont impone la amnistía, negociar el referéndum y el cupo". "El acuerdo entre el PSOE y Junts es en realidad la asunción de todas y cada una de las exigencias de los separatistas y lo que representan y se establecen en esos cuatro folios que certifican la capitulación incondicional del estado de derecho. Carles Puigdemont ha cosechado una victoria sin paliativos, sin duda la más importante de la historia de este movimiento reaccionario y arcaico, que ha sabido explotar las insaciables ansias de poder personal de Pedro Sánchez", dice el editorial. "La factura que pagarán España y los españoles para que el inquilino de La Moncloa revierta la derrota en las urnas resulta casi inabordable". "Vivimos tiempos oscuros y horas amargas". Y esto no ha hecho más que empezar. "Los españoles de bien estamos llamados a la movilización y a la resistencia contra el atropello y la indignidad". Aunque no sirva para nada.

Marhuenda también se juega la cárcel según los designios de El País. "El secretario general del PSOE humilla a España comprando las mentiras del relato independentista que lo remontan a los Decretos de Nueva Planta. Lo comparten demoliendo la historia de un partido constitucionalista que apoyó la aplicación del artículo 155 de la Constitución y cuyo secretario general dijo que había sido una rebelión, se comprometió a entregar a Puigdemont a la Justicia y aseguró que la amnistía era inconstitucional". Más que un cambio de posición política es un triple salto con tirabuzón.

"La izquierda política y mediática no solo asume las mentiras, sino que acepta el ataque brutal a la Justicia, así como la negociación de un referéndum para la independencia". "Hay que salir a la calle para rechazar el acuerdo de la infamia". Al final, los que van a ir a prisión van a ser los constitucionalistas, para descojone de Puigdemont. Aunque Abel Hernández no pierde la esperanza. "Mañana es San Martín, ¡pobres cerdos!". "La gente se consuela sabiendo que no hay mal que cien años dure. Hay que esperar pacientemente a que al abusador, al maltratador, al tirano, le llegue inexorablemente su sanmartín". No da nombres, pero a buen entendedor pocas palabras bastan.

En España

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