Maxim Kuzmínov -de 28 años- fue acribillado a tiros el pasado 13 de febrero en la rampa del garaje de la urbanización en la vivía en la localidad alicantina de Villajoyosa. Inicialmente, no se sabía de quién se trataba. Su documentación no se correspondía con la del piloto que desertó del ejército ruso el pasado verano, ya que Ucrania le había facilitado una nueva identidad. En ese momento, la principal hipótesis de la Guardia Civil era la de un posible ajuste de cuentas.
La investigación del asesinato da un giro de 180 grados a partir de que la inteligencia ucraniana confirma a través de varios medios locales que el cadáver del varón tiroteado en España corresponde en realidad al soldado ruso que abandonó las fuerzas de Vladimir Putin gracias a que le ofrecieron dinero y protección. Extremo que Rusia certificó el pasado martes. En cualquier caso, su cuerpo continúa en el Anatómico Forense de Alicante a la espera de que concluya su identificación de forma oficial.
El 23 de agosto de 2023, Kuzmínov voló con su helicóptero Mi-8 hasta Ucrania con el objetivo de iniciar una nueva vida fuera de su país. El lugar elegido: España. Se instaló en Alicante, provincia que acoge a una gran comunidad tanto rusa como ucraniana. El joven llevaba una vida discreta en la urbanización La Cala de Villajoyosa, donde alquiló un piso hace cuatro meses. Así fue hasta que hace diez días unos desconocidos -al menos dos- le cosen a balazos en la rampa del parking y huyen pasándole por encima.
Sus asesinos abandonaron el vehículo después de calcinarlo en El Campello, a menos de 20 kilómetros de la escena del crimen. Todo apunta a una ejecución por encargo del Kremlin. Cuando la televisión pública rusa informó en octubre sobre su abandono aseguró que ya se había dado la orden de liquidar al piloto, al que el jefe del Servicio de Espionaje Exterior de Rusia -Serguéi Narishkin- se ha referido recientemente como un "traidor" que "se convirtió en un cadáver moral en el momento en que planeó su sucio y terrible crimen (su deserción)".
Se cree que los sicarios localizaron a Kuzmínov, que vivía en Villajoyosa con la identidad falsa (la de un ucraniano de 33 años), gracias a una comunicación del joven con una chica con la que mantenía una relación sentimental en Rusia. Según fuentes de la Inteligencia ucraniana citadas por Ukrainska Pravda, "invitó a su ex a su casa y luego fue encontrado muerto a tiros". Otros medios locales incluso señalan que pretendía que la mujer se trasladara con él.
Por su parte, el Gobierno de España asegura que no sabía que el joven ruso asesinado residía en nuestro país. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha afirmado este jueves que "vino libremente" y "no tenía constancia de que esta persona estuviera aquí". Lo ha hecho a preguntas de los periodistas durante la visitar al puente instalado por el Ejército de Tierra en Aldea del Fresno, después de que Moscú se quejara de no haber recibido comunicación alguna del Ejecutivo de Pedro Sánchez.
¿Por qué desertó?
Según informó Ucrania, la deserción de Kuzmínov fue el resultado de una operación especial de la Dirección General de Inteligencia que se desarrolló a lo largo de seis meses y tenía como objetivo lograr que un helicóptero ruso aterrizara en su territorio. El joven no quería combatir en el frente, así que no les fue demasiado complicado convencerle para que formara parte del plan.
El 23 de febrero de 2023, Kuzmínov cumplió con su parte del trato y voló desde Rusia hasta Ucrania por debajo del área de detección de los radares -trasladando varias piezas de avión- junto con otros miembros de la tripulación, que no estaban al tanto de sus intenciones y fueron abatidos cuando intentaron escapar tras el aterrizaje. Previamente, sus aliados llevaron hasta allí a su familia para que pudiera reunirse con ellos.
Unos días más tarde, Kiev difundió un video en el que el piloto explicaba que estaba en contra de la invasión y lamentaba "los asesinatos, las lágrimas, la sangre". En Ucrania, aseguró, no hay "ni fascistas ni nazis", como aseguraba Moscú para justificar la guerra. Wn rueda de prensa añadió que "no quería contribuir" a lo que estaba haciendo el Ejército ruso. Una posición compartida por sus padres, que ya valoraban mudarse a otro país.