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Antonio Resines se suma al manifiesto que alerta de que el PSC no representa el voto constitucionalista

Nicolás Redondo, José Luis Corcuera y el actor Antonio Resines, entre los firmantes del manifiesto Por un voto constitucionalista sin engaños.

Nicolás Redondo, José Luis Corcuera y el actor Antonio Resines, entre los firmantes del manifiesto Por un voto constitucionalista sin engaños.
El actor Antonio Resines. | EFE

Exdirigentes políticos expulsados del PSOE como Nicolás Redondo, constitucionalistas como Teresa Freixes, intelectuales como Miriam Tey, activistas en favor de la igualdad lingüística como Ana Losada, el actor Antonio Resines y periodistas como Sergio Fidalgo son los perfiles de los cientos de firmantes de un manifiesto titulado "Por un voto constitucionalista sin engaños".

En dicho manifiesto alertan de que el PSC no se puede presentar como un partido constitucionalista y denuncian las cesiones socialistas al separatismo. "Seremos claros: Salvador Illa, que negó antes de las pasadas elecciones generales que fuera a haber amnistía, que ha apoyado con entusiasmo todos los excesos de Pedro Sánchez, no puede venderse como un candidato "constitucionalista" y que "superará el independentismo", puesto que aceptando la amnistía, jaleando la política lingüística discriminatoria de la Generalitat o aceptando negociaciones espurias en el extranjero sobre cuestiones básicas que afectan a las instituciones o a los derechos fundamentales, se ha apartado de la senda constitucional, por más que pretenda hacer ver que la defiende cuando ello conviene a sus intereses electorales", afirma el documento.

El manifiesto, que se presentó este martes en un acto conducido por el exdiputado de Ciudadanos y autor de "Extranjeros en su país" Antonio Robles, expresa su preocupación por las consecuencias de las próximas elecciones catalanas al señalar que "los independentistas nunca han tenido fuerza ni capacidad para lograr la quiebra de la nación española, pero en determinados momentos de la historia han sido capaces de cercenar las experiencias democráticas de los españoles. El próximo día 12 de mayo estamos en uno de esos momentos, no podrán conseguir sus objetivos, pero tendrán capacidad para truncar nuestra voluntad de ser ciudadanos de una democracia asentada y equiparable a las de nuestro entorno".

También censuran al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en los siguientes términos: "Fruto de la desordenada ambición de un dirigente político, y sus alianzas con partidos que tienen como objetivo destrozar nuestro sistema constitucional para construir sus "repúblicas imaginarias", corre un peligro evidente la convivencia pacífica y libre entre españoles. Hoy estamos más divididos que ayer, hoy la concordia necesaria para que el sistema democrático funcione ha desaparecido, hoy la sensación de estar ante las dos Españas beligerantes, cainitas, es una triste realidad que comprobamos continuamente en el espacio público español".

El manifiesto pide que en las elecciones catalanas del 12 de mayo los ciudadanos no apoyen a opciones secesionistas o a los partidos que pactan con ellas. Los promotores defienden que el voto al PSC no es constitucionalista mientras la formación que dirige Salvador Illa pacte con los partidos que buscan acabar con el régimen constitucional.

Entre los firmantes constan José Luis Corcuera, Francisco Vázquez, Ignacia de Pano, Araceli Mangas, Tomás Ramón Fernández, Álvaro Delgado Gal, Santiago González, Roberto Fernández, Ana Losada, César Antonio Molina, Antonio Resines, Francesc de Carreras, Santiago Trancón, José María Múgica, Fernando Savater, Rosa Díez, Iñaki Arteta, Tomás Guasch, Albert Boadella, Emilio Lamo de Espinosa, Félix Ovejero, Adolfo Suárez Illana, Maite Pagaza, Inma Castilla de Cortázar, Joaquín Leguina, Gabriel Camuñas, Alejo Vidal-Quadras, Rafael Arias Salgado, Mª Angeles Pérez Samper, María Engracia Rochina, Yusil Gascón, Benito Arruñada, Carmen Quintanilla, Guillermo Gortázar, Miguel Angel Quintana Paz, , Fernando Múgica Heras, Agustín Ruiz Robledo, María Cristina Labat Ortiz, José Carlos Rodríguez, Pilar Barriendos, Rosalina Díaz Valcárcel, Jordi de Juan Casadevall, Andrés Trapiello, Juan Pablo Fusi, José Varela Ortega, Esperanza Aguirre, Andreu Jaume, Arcadi Espada, Teresa Nevado, Jaime Carvajal, Francisco Sosa Wagner, Mercedes Fuertes, Amalio de Marichalar, Antonio Hermosa, Cayetana Álvarez de Toledo, Mikel Buesa, Gerardo Seeliger, Ana Magaldi, Rafael Arenas, Rafael Fernández Pita, Ricardo Álvarez Espejo, Ángel Mazo da Pena, Pilar Aramburo, Miguel Cornejo, Maraya Perinat, Vicente Garrido, Alfonso Ruiz de Assin, Pablo Güell, Federico Trías de Bes Revolons, Carlos Fernández Lerga, José Vargas, María José Magaldi, Joaquín Tamames, Mariano Gomá, Tomeu Berga, Fernando Mut, Eduardo López Dóriga, Óscar Beloqui, Carlos Andreu, Albert Guivernau, Pau Guix, Marita Rodríguez y Joaco Güell.

El texto íntegro del manifiesto es el siguiente:

"Estimado amigo, queremos compartir contigo nuestra preocupación por las consecuencias de las elecciones autonómicas que se celebrarán en Cataluña el próximo 12 de mayo. Los independentistas nunca han tenido fuerza ni capacidad para lograr la quiebra de la nación española, pero en determinados momentos de la historia han sido capaces de cercenar las experiencias democráticas de los españoles. El próximo día 12 de mayo estamos en uno de esos momentos, no podrán conseguir sus objetivos, pero tendrán capacidad para truncar nuestra voluntad de ser ciudadanos de una democracia asentada y equiparable a las de nuestro entorno.

No es necesario que te expliquemos las graves tensiones a las que está sometida nuestra arquitectura institucional construida, con mucho esfuerzo, durante décadas por una amplia mayoría de españoles, gracias a un gran consenso social. Ese esfuerzo de la mayoría de los ciudadanos españoles nos permitió gozar de una democracia consolidada y situarnos al nivel de las naciones más punteras en la defensa de los derechos civiles.

Fruto de la desordenada ambición de un dirigente político, y sus alianzas con partidos que tienen como objetivo destrozar nuestro sistema constitucional para construir sus "repúblicas imaginarias", corre un peligro evidente la convivencia pacífica y libre entre españoles. Hoy estamos más divididos que ayer, hoy la concordia necesaria para que el sistema democrático funcione ha desaparecido, hoy la sensación de estar ante las dos Españas beligerantes, cainitas, es una triste realidad que comprobamos continuamente en el espacio público español.

La política catalana, mezcla de fanatismo y fantasía, de sectarismo y quimeras, ha contagiado a la política española. Los partidos secesionistas, durante los peores años del "procés", especialmente durante los denominados "plenos de la vergüenza", violaron los derechos de los diputados de la oposición, aprobaron leyes de desconexión contraviniendo resoluciones judiciales y yendo en contra de la Constitución y del Estatuto de Autonomía y, con ello, nuestros derechos ciudadanos, al tiempo que se pretendió formalizar un supuesto derecho de autodeterminación, sin cabida en la Carta Magna ni en el Derecho Europeo ni en el Internacional.

Además de apropiarse de las instituciones, de la Administración y de todo aquello en lo que la ciudadanía basa su vida cotidiana, seguridad y libertad, los ciudadanos de Cataluña tuvieron que soportar una violencia, tanto física como psicológica, dirigida a formalizar la opresión nacionalista en todas las facetas profesionales en aras a una pretendida Cataluña en la que solo cuentan los ciudadanos partidarios de su paranoica cosmovisión. Ahora, con los indultos, la supresión quirúrgica del tipo de sedición y la banalización del de malversación, unido a una ley de amnistía, que hace trizas el principio de igualdad entre los ciudadanos españoles, ha conseguido que sus males sean los de todos, que sus errores los compartamos, que su quebranto social se extienda por toda la nación. Hoy son más poderosos, dominan con mano de hierro la política catalana y tienen secuestrada a la española. Nadie podrá decir, empleando un recto juicio, que después de una legislatura de Pedro Sánchez, España esté mejor, que nuestra democracia sea más sólida, que nuestras instituciones gocen de más crédito.

Es imprescindible que el electorado catalán sea consciente de la importancia de su voto, y que no se deje engañar por los cantos de sirena de aquellos que, bajo la promesa de "pasar página" o "recoser heridas", se han limitado a apoyar todas las demandas de los que intentaron acabar con nuestras libertades mediante el pretendido referéndum del 1 octubre de 2017 o la declaración unilateral de independencia que consideran, algunos, actualmente vigente.

Seremos claros: Salvador Illa, que negó antes de las pasadas elecciones generales que fuera a haber amnistía, que ha apoyado con entusiasmo todos los excesos de Pedro Sánchez, no puede venderse como un candidato "constitucionalista" y que "superará el independentismo", puesto que aceptando la amnistía, jaleando la política lingüística discriminatoria de la Generalitat o aceptando negociaciones espurias en el extranjero sobre cuestiones básicas que afectan a las instituciones o a los derechos fundamentales, se ha apartado de la senda constitucional, por más que pretenda hacer ver que la defiende cuando ello conviene a sus intereses electorales".

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