
Las agresiones a los miembros de las Fuerzas de Seguridad se han convertido en una tónica habitual en los últimos años. Su número, además, se ha venido incrementando de forma exponencial desde el final de la pandemia de coronavirus. En los primeros seis meses de 2024, cuatro agentes de la Guardia Civil han sido agredidos cada día mientras se encontraban realizando su labor profesional.
Los datos han sido denunciados por Justicia Civil (JUCIL), la asociación profesional que en estos momentos tiene más representantes en el Consejo del Instituto Armado. Se han cuantificado un total de 728 agresiones a efectivos de la Guardia Civil durante el primer semestre del año, lo que supone que cuatro agentes son agredidos cada vía. De este total de agresiones, en un total de 12 se emplearon armas blancas.
En el primer trimestre del año se registraron un total de 310 agresiones, de las que en 7 de ellas se emplearon armas blancas. El número de ataques contra efectivos del cuerpo que estaban realizando su labor profesional aumentó sensiblemente en el segundo trimestre del año, cuantificándose un total de 418, de las que en 5 se utilizaron armas blancas contra los agentes del Instituto Armado.
Mila Cívico, portavoz de JUCIL, ha considerado que "estamos viviendo una situación insostenible y preocupante, puesto que cada día nuestros compañeros se enfrentan a un riesgo creciente y a una falta de respeto por la autoridad que representamos. No podemos aceptar que este incremento de la violencia quede impune y que las autoridades competentes no actúen con contundencia".
La asociación advierte de que estos datos no incluyen otros tipos de atentados contra agentes de la autoridad, como embestidas con narcolanchas, vehículos o intentos de atropello. "Estos incidentes no han sido contabilizados a pesar de la solicitud de creación de un indicador estadístico específico para atentados contra agentes de la autoridad, propuesta desestimada por la Administración. Es inaceptable que no se contabilicen todos los tipos de agresiones", ha mantenido Mila Cívico. "La falta de datos precisos oculta la gravedad de la situación y dificulta la implementación de medidas efectivas para proteger a nuestros agentes", ha añadido.