
El Juzgado de Primera Instancia nº 52 de Madrid investiga el valor de una herencia millonaria que nunca llegó a entregarse a su beneficiaria.
Un empresario de origen rumano A.R., que se exilió del régimen comunista de su país, se trasladó a vivir a España y se hizo millonario con la venta de maquinaria agrícola por toda Europa. Este aristócrata, filántropo e intelectual enfermó gravemente y falleció en junio de 1995. Legó entonces a su esposa una herencia cuyo valor aún no ha podido ser cuantificado, pero que podría situarse entre los 40 y los 100 millones de euros.
Su viuda aceptó dicha herencia en septiembre de 1996 y comenzó su pesadilla, 28 años después aún no ha recibido ni un euro. Tras numerosos pleitos, incluso penales que no fructificaron, la heredera demandó en el 2018 a la entidad financiera de su esposa fallecido con el objetivo de conseguir documentación que pudiera acreditar la cuantía total de su herencia, que a día de hoy sigue siendo un misterio.
Según la abundante documentación, a la que ha tenido acceso Libertad Digital, la esposa del empresario fallecido llegó incluso a interponer una querella por falsificación y apropiación indebida contra el director de una sucursal en Madrid, debido a que se apreciaron numerosas irregularidades en las cuentas bancarias de su marido antes y después de su muerte.
"El Banco sólo llegó a reconocer un saldo provisional en cuenta de unos 5 millones de euros, que apenas supondría la décima parte del valor total de la herencia. Para poder cobrar esta cantidad, la entidad financiera exigió a la heredera acreditar el pago del impuesto de sucesiones en Hacienda sin facilitarle previamente el capital total de su marido fallecido", apuntan las fuentes del caso consultadas.
Un informe pericial económico aportado por la demandante mostró cómo en una cuenta bancaria del empresario se produjeron movimientos hasta 4 años después de su fallecimiento y se registraron ingresos procedentes de diferentes entidades, incluso de otros países, que no fueron computadas. También se identificaron movimientos sospechosos de entradas y salidas de dinero, a través de retiradas en efectivo y con tarjeta, así como cheques de caja, órdenes de abono o traspasos. "Se desconoce el destino de los movimientos de la cuenta, así como sus beneficiarios", añaden.
Las mismas fuentes consultadas por LD afirman que "varios informes periciales grafológicos determinaron en su día que la firma de los cheques no se correspondía con la del empresario. Además, mientras éste estuvo hospitalizado, poco antes de fallecer, se siguieron produciendo importantes disposiciones en efectivo desde sus cuentas. Por otro lado, una transferencia de 200 millones ordenado por parte del esposo a su mujer no fue atendida por la entidad bancaria.
La conclusión de los peritos fue que "el empresario dispuso de un patrimonio financiero muy importante, sin poder concluir por falta de documentación bancaria aportada por la entidad gestora de sus cuentas el alcance del mismo".
El Banco de España se lava las manos
Dichas irregularidades fueron denunciadas de forma infructuosa ante el Servicio de Reclamaciones del Banco de España. "En noviembre de 2015, uno de sus escritos resultó inadmitido por el supuesto transcurso de más de 6 años desde que se produjeron los hechos. Sin embargo, la demandante había remitido escritos previos al Banco de España y por tanto, no existía tal prescripción", afirman.
Concretamente, la heredera envió el 17 de octubre del año 2.000 una carta por correo certificado a la institución, solicitando que se informase del saldo y de los fondos depositados que jamás obtuvo respuesta. Posteriormente, la demandante se personó en el propio Banco de España para solicitar la información, una vez más en vano. "Actualmente, el procedimiento se encuentra a la espera que el Juzgado de Primera Instancia nº 52 de Madrid fije fecha para la celebración de una vista", concluyen las mismas fuentes".
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