La polémica noche en la que la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, se encontró con el exministro y ex número dos del PSOE, José Luis Ábalos, en el aeropuerto de Madrid-Barajas, pese a que la mano derecha de Nicolás Maduro tenía prohibida su entrada en el espacio Schengen por las sanciones de la Comisión Europea. Un episodio que sigue siendo difícil de explicar para el Gobierno de Pedro Sánchez pese a que han pasado ya varios años.
Este episodio ha vuelto a ser protagonista de la comparecencia de Fernando Grande Marlaska en la comisión de investigación del Senado sobre los contratos firmados por el Ejecutivo durante la pandemia de coronavirus con la trama de empresas asociada a Koldo García Izaguirre, el que fuera durante años mano derecha de Ábalos. Todo por la aparición en escena de un personaje que está en todos los líos del Gobierno.
Se trata, ni más ni menos, que de Víctor de Aldama. Un hombre clave de la trama corrupta de los contratos de mascarillas, relacionado directamente con el rescate de Air Europa que salpica a Begoña Goméz, comisionista relacionado con la vicepresidenta de Venezuela, que estuvo en el polémico encuentro con Ábalos en el aeropuerto de Madrid-Barajas, y al que un topo en la Guardia Civil le facilitaba teléfonos seguros.
El ministro del Interior fue incapaz de explicar este jueves qué pasó exactamente durante las horas previas a la llegada de la vicepresidenta venezolana a España, en qué momento exacto tuvo conocimiento de que la misma iba a llegar a territorio nacional, ni cómo transcurrieron los hechos durante el tiempo que la misma pasó en las instalaciones del aeródromo madrileño, ni quiénes estaban en esa cita aeroportuaria.
Los momentos más tensos de sus explicaciones tuvieron lugar durante su careo con el senador popular Luis Javier Santamaría, aunque tampoco lo pasó nada bien durante los turnos de interrogatorio de la senadora de UPN María Mar Caballero o del senador de Vox Ángel Pelayo Gordillo.
"Conocí la llegada de Delcy Rodríguez poco antes, no le puedo decir cuánto, pero poco tiempo. Ella ya estaría en vuelo. Me llama el secretario de Estado de Seguridad (Rafael Pérez Ruiz) y me dice que venía la vicepresidenta de Venezuela. A mí el presidente del Gobierno no me comunica nada y desconozco hasta qué punto el presidente conocía de esa visita", ha dicho Marlaska durante sus explicaciones.
"El secretario de Estado hizo lo que se hace habitualmente desde el Ministerio del Interior, que es ver si a las autoridades de otros países que vienen hay que ponerles seguridad. Además de Delcy Rodríguez llegaba el ministro de Turismo. Me dice que Delcy tenía un señalamiento y que no podía entrar en el espacio Schengen, por eso pude decir a Ábalos que esa persona no podía entrar en el país", ha continuado.
Lo que no ha sido capaz de explicar es cuándo se enteró su número dos de la llegada de la vicepresidenta venezolana a España, si sólo fue unas horas antes, un día antes, o hasta cuatro días antes, como había tenido conocimiento Pedro Sánchez, ni cuántas conversaciones tuvo su número dos con Koldo García, entonces asesor de Ábalos en el Ministerio de Transportes, para preparar la llegada de ese avión.
Tampoco fue capaz de explicar qué pasó durante la estancia de Delcy en el aeropuerto. Si el encuentro con Ábalos se produjo en el avión, o si se produjo en la zona de autoridades, o si los agentes del aeropuerto le pidieron el pasaporte a Delcy Rodríguez, o quién dejó entrar en esa zona a Víctor de Aldama, o si se descargaron más de un centenar de maletas que la vicepresidenta venezolana habría dejado en España.
"Entiendo que se le pediría el pasaporte para comprobar que era esa persona. Desconozco si se revisó el equipaje de Delcy Rodríguez. Desconozco si alguna persona bajó con maletas, debe estar en los informes que se realizaron aquel día. No hablé con Sánchez ese día, pero sí a Ábalos para decirle que no podía acceder a España", ha respondido el ministro tratando de contrarrestar la presión que ejercía el senador del PP.
Precisamente el portavoz del PP ha afeado a Marlaska que lleve durante meses negando a la Comisión de investigación del Senado la posibilidad de acceder a los informes clave que ese día hicieron los responsables de la Policía Nacional y la Guardia Civil de los hechos y que podrían ayudar a despegar muchas de las incógnitas que todavía están pendientes de resolver sobre lo acontecido aquella noche. Unos informes que están clasificados.
"Si tiene dudas le pediría que pida la desclasificación de documentos", le ha respondido desafiante el ministro, sabedor que al final la desclasificación o no de estos informes policiales clave dependen del Gobierno, que no está para nada interesado en que se conozca lo que dejaron por escrito por agentes de las Fuerzas de Seguridad que estaban de servicio la noche de la llegada de Delcy Rodríguez al aeropuerto de Barajas.
"Es falso que se cesara a un coronel por pedir las cintas de seguridad del aeropuerto", ha continuado el ministro, que también ha negado con contundencia que la vicepresidenta venezolana pisara aquel día suelo español y, por tanto, el espacio Schengen que tenía prohibido por las sanciones de la Comisión Europea. "No pisó suelo español. Vuelvo a ratificarme en que no pisó suelo Schengen", ha añadido.
Como ratificación de su afirmación, pese a que la no desclasificación de los informes policiales ni de las imágenes que grabaron las cámaras de seguridad que permitirían conocer toda la verdad, ha puesto de ejemplo que "no ha habido ni petición de información de la Comisión Europea por una posible violación del espacio Schengen, siendo un hecho bastante conocido".