
Catorce miembros del peligroso cártel de Sinaloa han sido detenidos en Cataluña por el secuestro y asesinato de un hombre albanokosovar cuyo cadáver fue localizado el pasado 5 de agosto -con signos de violencia y en avanzado estado de descomposición- en una zona boscosa del municipio de Botarell (Tarragona). El varón resultó ser un colaborador de la organización criminal, dedicada al narcotráfico y asentada en la región española, que había viajado desde Italia para reunirse con algunos de los líderes de la banda.
Según se desprende de la investigación conjunta de Policía Nacional y Mossos d’Esquadra, el albanokosovar -de 46 años- tenía que rendir cuentas a sus jefes por un cargamento de droga perdido. Las explicaciones que ofreció no debieron convencer a los capos con los que se reunió en una casa del Maresme, ya que -ha podido saber este periódico- fue torturado sin piedad hasta la muerte. A pesar de ello, sus captores siguieron extorsionando a su familia, a la que pedían un rescate de 240.000 euros por su liberación (cuando el rehén ya estaba muerto y enterrado).
Los agentes encargados del caso localizaron la vivienda, en la que los miembros del cártel presuntamente acabaron con la vida de la víctima, en la localidad barcelonesa de Sant Andreu de Llavaneres. Los responsables de su muerte habrían intentado eliminar las pruebas del crimen del inmueble, que fue pintado y reformado posteriormente. También se deshicieron del vehículo en el que el albanokosovar había viajado desde Italia. Eso sí, antes lo usaron para llevar el cuerpo sin vida de su colaborador hasta el lugar donde lo abandonaron. Después dejaron el coche en la Ciudad Condal, donde una grúa municipal lo retiró de la vía publica y lo trasladó a un depósito.
El hallazgo de su cadáver fue un punto de inflexión en el desarrollo de la investigación, que comenzó en el mes de junio, una vez que tuvieron conocimiento -a través de INTERPOL Kosovo y EUROPOL Italia- de las denuncias de desaparición presentadas por su padre y su mujer. Los propios familiares del varón, que supuestamente desconocían el motivo real del viaje, dieron cuenta a los agentes de que había sido secuestrado en Barcelona y sus captores les estaban extorsionando. Arranca entonces una operación para intentar identificar a los presuntos responsables y esclarecer las circunstancias de los hechos.
Según fuentes policiales, el secuestro se habría producido entre el 31 de mayo y el 2 de junio. Los investigadores creen que la muerte del rehén se produjo en los primeros días de cautiverio, pese a que sus captores hicieron creer a la familia que seguía vivo para intentar recuperar los 240.000 euros del cargamento de droga desaparecido. Inicialmente, les enviaron una fotografía como prueba de vida y ellos llegaron a hacer un pago de 32.000 dólares en criptomonedas -en un monedero virtual- bajo la condición de que les siguieran enviando muestras de que su ser querido seguía vivo hasta completar el importe del rescate. Pero ya no recibieron ninguna más.
Narcos mexicanos, métodos mexicanos
Los responsables del secuestrar, torturar y matar al albanokosovar de 46 años están vinculados al cártel de Sinaloa, uno de los más importantes y peligrosos del mundo, fundado por el famoso ‘El Chapo’ Guzmán. Los detenidos son 11 hombres y 3 mujeres, principalmente mexicanos, de entre 30 y 70 años. Entre ellos -ha revelado la policía- se encontraría el cerebro y líder de la facción catalana de la red de narcotraficantes.
Todos ellos vivían entre el Maresme y Barcelona, aunque de la investigación se desprende que la mayoría tenían una fuerte movilidad internacional y que viajaban frecuentemente a otros países de Europa y México. Como es habitual en este tipo de organizaciones criminales, se les relaciona con delitos de tráfico de drogas (a nivel internacional), blanqueo de capitales, secuestro y asesinato.
En cuanto al modus operandi que utilizaban para traer y distribuir la mercancía, la banda mexicana había desarrollado un método que podríamos tachar de original: recibían paquetes de ropa con metanfetamina impregnada desde México y extraían la sustancia estupefaciente de las prendas en un laboratorio clandestino que habían montado en Barcelona ('preparado para extraer droga impregnada en cualquier base sólida).
La investigación policial culminó con un operativo desplegado en Barcelona capital y otros municipios de la provincia: Sant Andreu de Llavaneres, Sant Cebrià de Vallalta y Cabrils. Se efectuaron registros en cinco domicilios y un restaurante en el que había detectado una actividad sospechosa. Los agentes encontraron: piezas de ropa, metanfetamina preparada para el consumo, una gran cantidad de éxtasis y una plantación de marihuana.

