Oriol Junqueras tendrá que someterse a una segunda vuelta para revalidar la presidencia de ERC. En las elecciones celebradas este sábado se ha impuesto a los otros dos candidatos, Xavier Godàs y Helena Solà, y ha logrado el apoyo del 48,3% (3.157 votos) de los militantes de ERC, pero al no llegar al 50%, la candidatura alternativa de Godàs tendrá una segunda oportunidad. Helena Solà ha quedado descartada. Godàs ha logrado el 35,3% de los votos (2.308). Solà, el 12,6% (824). Un 3,7% ha votado en blanco. De los 8.030 militantes censados por la formación republicana han votado 6.533, una participación superior al 80%.
Se mantiene por tanto la incertidumbre, toda vez que Solà encarna el ala más independentista del partido y opuesta a Junqueras y es previsible que sus votos vayan a parar a la candidatura de Godàs, lo que augura otra votación ajustada en dos semanas. Mientras tanto, el partido republicano seguirá sumido en el desconcierto y en una lucha fratricida entre Junqueras y los partidarios de Marta Rovira, la secretaria general saliente que ha decidido no volver a presentarse.
Todo parece indicar que las candidaturas de Godàs y Solà pactarán una suerte de fusión para hacer frente a Junqueras en una segunda vuelta que se anticipa más complicada que el primer capítulo de este serial. Todos los candidatos habían mostrado hasta ahora una cierta predisposición a endurecer las condiciones de sus acuerdos tanto con el Gobierno de Pedro Sánchez como con el 'Govern' de Salvador Illa. Sin embargo, los matices sobre la unidad de acción independentista podrían decantar finalmente la balanza hacia los críticos de Junqueras. Pero es tanta la igualdad que parece imposible restaurar la brecha abierta entre Junqueras y su exnúmero dos, Marta Rovira.
El partido republicano está fracturado en dos mitades prácticamente idénticas. La segunda vuelta es en cierto modo un triunfo de los roviristas, que con menos avales (1.500 frente a los 2.500 que exhibió Junqueras) confiaban en que la participación de la tercera en discordia, Helena Solà, impidiera a Junqueras rebasar la barrera del 50% de los votos exigidos por los estatutos del partido para resultar elegido presidente de ERC.
El resultado de las elecciones internas de ERC tiene implicaciones más allá del partido, puesto que tanto el Gobierno como la Generalidad están pendientes de quién resulte ganador para negociar los presupuestos de ambas administraciones. Del resultado dependen también otras negociaciones como la del concierto económico catalán, el traspaso de la red ferroviaria de cercanías o la participación en el gobierno municipal de Barcelona.
Reacciones de los candidatos
La primera en intervenir ante los medios de comunicación en la sede de ERC ha sido Helena Solà, quien ha destacado que cualquier decisión sobre eventuales acuerdos con las dos candidaturas que quedan en liza se adoptarán de forma asamblearia entre sus partidarios. Solà pide de entrada que se vuelva a votar en el seno de ERC el apoyo al gobierno socialista de la Generalidad.
Xavier Godàs, por su parte, ha asegurado que la mitad del partido quiere que haya un cambio de liderazgo, apropiándose de los votos obtenidos por la candidatura de Solà, a la que acompañaba el exconsejero republicano Alfred Bosch. También se ha mostrado contrario a que la segunda vuelta se convierta en un plebiscito sobre la figura de Junqueras.
Oriol Junqueras ha comparecido pasadas las nueve de la noche y ha celebrado la movilización del partido en este congreso extraordinario. Antes de su participación, su candidata a secretaria general, Elisenda Alamany ha subrayado la "gran distancia" con la segunda candidatura, unos trece puntos que ha definido como una distancia prácticamente insalvable. "Nos hemos quedado a 111 votos de conseguir el 50%", ha manifestado también.
El vencedor de esta primera vuelta se ha mostrado exultante con los resultados, que ha calificado de "extraordinarios". Además, se ha mostrado dispuesto a intensificar su campaña durante los próximos quince días. En cuanto a posibles pactos con la candidatura de Godàs, ha señalado que "el mejor pacto es el pacto con la militancia".