
La Iglesia del Final de los Tiempos-Sede Apostólica, liderada por el autoproclamado profeta Andrés de la Barra, ha generado polémica al utilizar su perfil de Facebook para promover la venta de "terrenos celestiales". Según la publicación, el precio inicial de los lotes era de 100 dólares por metro cuadrado, pero recientemente se elevó a 250 dólares.
En el mensaje publicado en la red social, se puede leer: "El Profeta Andrés de la Barra se reunió con Dios en el Reino de los Cielos y anunciamos nuevamente que tenemos disponibles terrenos celestiales. Si desean información, les pedimos que descarguen la app y lean la información oficial".
Asimismo, la publicación advierte sobre la alta demanda: "Estamos colapsados de solicitudes. Si no respondemos su mensaje, es por esa razón. De igual forma, Su Santidad San Andrés de la Barra dio la orden de no responder consultas referentes de esta publicación".
La iglesia facilita enlaces directos para descargar una aplicación desde la que se puede realizar la compra de terrenos y obtener más información. También promueve un aporte voluntario de 500 dólares bajo el lema: "Para demostrar la fe en Su Santidad y abofetear a Satanás en el rostro". Los métodos de pago incluyen tarjetas de crédito, plataformas virtuales y PayPal.
La iglesia describe la oferta como una "oportunidad celestial imperdible" destinada a quienes deseen asegurar su lugar en el cielo antes del denominado "Arrebatamiento de la iglesia".
Críticas y desconcierto entre los usuarios
La publicación ha generado reacciones encontradas entre los seguidores de la página, que cuenta con más de 8.000 usuarios. Mientras algunos defienden la iniciativa y aseguran haber adquirido su "terreno celestial", otros la califican como un abuso de la fe.
Comentarios como: "Dejen de robar a la gente, tendrán su castigo por estafar con la fe" reflejan el rechazo de una parte del público. Otros, en un tono más irónico, preguntan: "¿Tienen facilidades de pago?".
Además, varios usuarios critican lo que consideran una comercialización absurda del mensaje cristiano, tildando la oferta de ofensiva y desvirtuada. Esta situación plantea el debate sobre los límites entre la fe, el comercio y el aprovechamiento de la credulidad de las personas.

