Aldama dinamita la rueda de prensa de Leire Díez: "Habrá consecuencias para Sánchez"

Fue breve pero intenso. Un esperpento digno de Valle Inclán donde no faltaron personajes excesivos y giros grotescos. La llegada de Leire Díez, que estuvo más tiempo posando que hablando, ya anticipaba que aquello podía derivar en un surrealismo patrio. La ya exmilitante del PSOE llegó media hora antes a la sala del Novotel y estuvo posando ante los fotógrafos y haciéndose selfies, encantada con la expectación mediática que había levantado.

A las 10 en punto comenzó su alocución al leer unos papeles que llevaba escritos. "No necesito explicar quién soy", ha arrancado consciente de su papel: la mujer más famosa de España durante la última semana. Díez ha querido recordar que es "licenciada en Ciencias de la Información" y que "se puede ser periodista y socialista". El objetivo estaba claro: defenderse y tratar de hacer creer que está trabajando "en un libro de investigación" sobre "los estragos del falso patriotismo" con "delitos graves que tienen impacto político". Una justificación que no es nueva y que argumentó en un chat de Whatsapp del PSOE de Cantabria.

Leire Díez no ha aclarado por qué ha ido ofreciendo ascensos en la Guardia Civil o beneficios judiciales a cambio de información confidencial sobre la UCO. Sólo ha asegurado que realiza estos trabajos "al amparo del artículo 20 de la Constitución" de "creación literaria y artística" y ha asegurado que las grabaciones, ofrecidas por Libertad Digital o El Confidencial, en las que se le escucha ofrecer estas prebendas "son ilegales" y captadas "en un despacho de abogados".

Díez ha buscando exculpar a su ya expartido, en especial a Santos Cerdán, y ha aclarado que "no trabajo para nadie, ni en representación de nadie" y que "no tengo ningún cargo en el PSOE". Tampoco ha querido dar más detalles sobre la reunión de dos horas que este martes tuvo en Ferraz con los responsables jurídicos del PSOE, del pen drive que les entregó o de la conversación que tuvo con el secretario de organización. Sólo ha querido aclarar que "ayer solicité mi baja temporal" y que espera retornar en breve al partido. "Es lo que es y no las interpretaciones que se puede hacer", ha terciado sobre los que aseguran que hay un pacto oculto con la dirección del partido.

Díez estaba en mitad de su alocución pero justo cuando leyó la frase "ni fontanera, ni cobarde" se ha levantado. En ese momento, ha visto entrar en la sala al nexo corruptor de la trama, Víctor de Aldama, que ha irrumpido en la sala al grito de "mentirosa". Leire Díez se ha ido sin responder a las preguntas mientras Aldama la perseguía por la sala entre una nube de fotógrafos y cámaras.

"Que no me empujes, que no me toques", ha asegurado el imputado en la trama de hidrocarburos y el caso Koldo al empresario Javier Pérez Dolset , que ejercía de improvisado guardaespaldas, mientras Leire Díez trataba de zafarse. "Esa señora no sabe qué ha hecho viniendo hoy aquí", ha terciado rodeado de micrófonos mientras ha prometido que "lo verá también el presidente del Gobierno y Santos Cerdán". "Habrá consecuencias", ha amenazado.

Aldama ha proseguido persiguiendo a Leire Díez por el pasillo. "Explíqueme qué tenía en contra de mi", ha asegurado el empresario que fue quien dijo que la ahora exmilitante era "la fontanera de Santos Cerdán". "Ha mentido en todo. Es una sinvergüenza ¿No habéis escuchado los audios?", ha terciado. "¿Ustedes como periodistas amenazan a un teniente coronel o a un civil como a mi?", ha añadido visiblemente nervioso. "Por supuesto que lo voy a demostrar", ha asegurado antes de subirse al ascensor mientras Leire Díez se encerraba en una sala junto a Dolset. En ese momento, ya no tenía ganas de posar ante los medios, ni de hacerse selfies. "Es un macarra", ha gritado Díez antes de que la puerta se encerrase y Aldama abandonase el hotel en un ascensor.