Periodistas de 'El País' le hacen la autocrítica a su columnista Daniel Gascón por defender la libertad de prensa

Daniel Gascón es uno de los pocos columnistas de El País que no integra las filas del equipo de opinión sincronizada. Tras la autoritaria intervención de Gabriel Rufián ordenando a Vito Quiles qué tenía que preguntar y el escandaloso cambio de reglamento con el que una mayoría del parlamento formada por progresistas y la extrema derecha nacionalista ha abierto la puerta a impedirle a él y a Bertrand Ndongo hacer su trabajo en el Congreso de los Diputados, Gascón publicó este miércoles una columna en la que defendía el derecho de ambos a ejercer el periodismo.

Para el columnista de El País es mucho más grave la intromisión de la política en el periodismo que la existencia de "un par de moscas cojoneras que hacen preguntas incómodas". "Si solo defiendes la libertad de expresión de quienes opinan lo mismo que tú, en realidad no defiendes la libertad de expresión: la atacas", concluía Gascón. Un texto que ha sido demasiado difícil de aguantar para varios de sus compañeros de periódico, que se han lanzado a las redes para ponerlo a caldo.

Para Javier Casqueiro, que ha sido incapaz de ofrecer ejemplos concretos de esas preguntas incómodas que al parecer sí sabe hacer él al Gobierno del PSOE, los columnistas del El País deben preguntarle a él antes de poder tener una opinión que se salga de los estrechos márgenes del relato oficial. Pero no es el único, claro:

Para Miguel González, en el centro de la polémica estos días por ser el autor de la noticia en que acusaba a Vox de querer expulsar a 8 millones de inmigrantes, el problema no esté en el comportamiento de Quiles sino en su supuesta condición de político. Esa excusa difícilmente se sostiene cuando no sólo el otro objetivo de la reforma es Bertrand Ndongo, que fue en el pasado asesor de Rocío Monasterio pero ahora trabaja para un diario digital, sino que la reforma no contempla penalizar la actividad política de un periodista, sino comportamientos como "interrumpir el orden de las ruedas de prensa", "la falta de respeto o a las reglas de cortesía frente a otras personas en el seno del recinto parlamentario" o "la grabación de imágenes o audios mediante el uso de dispositivos ocultos". Esta excusa, naturalmente, contó con los elogios de Carlos Cue:

Por supuesto, también se han sumado a la campaña otros sospechosos habituales que no trabajan en el diario de Prisa como Esther Palomera. La campaña recuerda a la que sufrió Fernando Savater y que terminó con su despido después de 47 años escribiendo en El País. Habrá que ver si este nuevo linchamiento público tiene el mismo éxito.