La UCO ha detectado el rastro del envío de dinero desde la principal empresa de la trama de Santos Cerdán a la fundación teóricamente benéfica de José Luis Ábalos, tal y como publicó Libertad Digital. El socio de Cerdán lo ha admitido ya ante el Supremo y ha asegurado que lo hacía para deducirse fiscalmente los envíos y pagar menos impuestos. Pero el Supremo va a más y cree que ese pago no fue puntual sino que pudo haber pagos reiterados y periódicos. Para colmo, se habría hecho bajo la forma de donación para deducirlo del pago de impuestos.
El Supremo acaba de confirmar en uno de sus autos que "don Joseba Antxon Alonso, buen amigo de don Santos Cerdán", era socio del socialista y conservaba el documento privado que lo acredita, "tantos años después, en su propio domicilio". Igualmente cree acreditado que "muy posteriormente a la fecha en que se firmó el contrato, ya en el mes de julio del año 2018", intervino "don Santos Cerdán en una donación efectuada por Servinabar 2000, -donación expresamente reconocida por el investigado en su declaración--, por importe de 4.500 euros, precisamente a una fundación, Fiadelso, estrechamente vinculada a otro de los investigados en este procedimiento, don José Luis Ábalos Meco, y a su familia".
Transferencia de 4.500 euros
El Supremo añade que, "en efecto, ya tras haber accedido don Koldo García Izaguirre al cargo de asesor del Ministro de Transportes -el también investigado en esta causa don José Luis Ábalos Meco-, conforme consta en el tan mencionado informe policial, y el investigado reconoce, la compañía Servinabar 2000 habría efectuado la trasferencia por importe de 4.500 euros, en concepto de donación, a la fundación Fiadelso; […] donación en la que habría intervenido activamente don Santos Cerdán Alonso, y que, por el contexto de los mensajes a los que se refiere y describe el informe policial, aunque el aquí investigado lo niega, podría haber tenido un carácter repetido o periódico".
Así, el Supremo da por probada una vía de conexión entre una de las principales ramas empresariales de Cerdán, Servinabar, y la fundación histórica de José Luis Ábalos, Fiadelso.
El Supremo señala en su último escrito que "no son las tan citadas grabaciones los únicos indicios que apuntan a la posible responsabilidad de don Santos Cerdán en los hechos que se le atribuyen". Y añade: "De una parte, resulta inequívoca su vinculación con la mercantil Servinabar, 2000, S.L.U., empresa que resultó adjudicataria de ciertas obras públicas, precisamente actuando en U.T.E., pese a sus mínimas dimensiones y nula experiencia en el negocio de la construcción, con Acciona Construcciones". Pero hay más: "Santos Cerdán mantuvo una comunicación con don Koldo García, ya en el mes de julio de 2018, interesando el primero del segundo que se le concretara el concepto por el cual deberían abonarse 4.500 euros por Servinabar, respondiendo don Koldo que debería figurar como donación, solicitando el primero el C.I.F. que le fue facilitado igualmente por el segundo". Es decir, que habla una dinámica evidente de ocultación de la propiedad real de esa sociedad, lo que convierte a Servinabar aún más en clave para desentrañar la trama.
"Seguidamente, en concreto el día 6 de julio de ese mismo año, don Santos remitía a don Koldo una captura de pantalla de un correo electrónico en el que se evidenciaba la realización de la mencionada trasferencia en favor de la Fundación Fiadelso, vinculada a don José Luis Ábalos y a su entorno familiar". Y Fiadelso no pintaba nada en principio en esa operación. Nada, salvo el hecho de que tuviera vinculación con la trama. Y eso es una nueva y mala noticia para los intereses de Ábalos.
Ahora, Antxon Alonso ha asegurado en sede judicial que el pago lo hizo para aprovecharse de la deducción fiscal de las donaciones.