
El Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha registrado un terremoto de magnitud 5,5 en la mañana de este lunes frente al Cabo de Palos, a unos 32 kilómetros de distancia de Níjar, se ha dejado sentir en municipios de las provincias andaluzas de Almería, Granada, Málaga y Jaén y otras tres de la zona del Levante (Murcia, Alicante y Albacete).
El temblor se ha producido a las 7:13 horas a una profundidad de dos kilómetros de profundidad sobre el nivel del mar. La actualización del IGN confirma que el terremoto fue sentido con intensidad IV en la escala EMS (sacudida claramente percibida por la población) en municipios almerienses como Albox, Huércal-Overa, Garrucha, Pechina, y varias pedanías de Cuevas del Almanzora y Mojácar.
Con intensidad III-IV y III se ha podido sentir en cerca de 300 localidades de siete provincias (Almería, Murcia, Granada, Melilla e incluso puntos de Alicante y Jaén, como Cartagena, Lorca, Roquetas de Mar, Almería capital, Vera, Níjar, Motril, y Murcia), aunque por el momento no hay registro de daños personales.
Hasta 13 réplicas
El terremoto ha dado lugar a 13 réplicas de menor intensidad en la zona hasta las 9,55 horas de la mañana, toda vez que ha dejado algunos daños materiales leves en espacios como el Aeropuerto de Almería, donde parte del techo de la cafetería se ha derrumbado tras el seísmo sin heridos, dado que su acceso se había acotado.
Fuentes de Aena han explicado que el seísmo no ha afectado a la operativa del aeropuerto, que ha funcionado con normalidad. Así, la zona en la que se han producido los desperfectos ha quedado delimitada para impedir el paso a transeúntes.
El Instituto Geográfico Nacional ha anotado nuevos movimientos en la zona con magnitudes de entre 3,4 y 1,8 aunque a mayor profundidad en todos los casos salvo uno, lo que ha hecho que apenas fueran percibidos.
Alerta en móviles
El seísmo ha activado el sistema de alertas sísmicas de Android, que ha enviado notificaciones automáticas a numerosos teléfonos móviles de vecinos de las provincias de Almería y Granada. La alerta enviada a los móviles incluía un conjunto de recomendaciones detalladas para actuar tras un terremoto, entre ellas: ponerse zapatos antes de moverse, incluso dentro de casa, y comprobar si hay olor a gas, en cuyo caso se aconseja cerrar la llave de paso del edificio o evacuar si no es posible hacerlo con seguridad.
También se advertía sobre la necesidad de evitar estructuras dañadas, revisar si hay grietas o signos de posible derrumbe, no tocar cables eléctricos caídos ni utilizar chimeneas deterioradas.
Además, el sistema instaba a apagar incendios pequeños si se detectaban, comprobar posibles daños en el cableado, las tuberías y los electrodomésticos, y recoger agua, medicamentos y provisiones básicas si hay cortes de suministro. En zonas costeras, se recomendaba desplazarse a lugares elevados tras el temblor ante el riesgo de tsunami.
