El pasado 15 de julio, el portavoz nacional del Partido Popular, Borja Sémper, decidió comunicar que durante un chequeo médico rutinario le habían detectado un tumor cancerígeno que requería "un tratamiento exigente, como tantos cientos de miles de españoles lo hacen al año". Señaló que había sido detectado en un estadio primigenio y que, por lo tanto, la "expectativa médica es de curación", queriendo transmitir un mensaje de optimismo.
El diputado popular apuntó que el tratamiento haría que su físico cambiase y que su "presencia pública" se viese "alterada". También que no sabía si podría continuar con sus ruedas de prensa de los lunes o si tendrá que atender a los periodistas en "lunes alternos". "Veremos en función de cómo va el tratamiento mi disponibilidad para seguir", indicó, antes de señalar que todo su esfuerzo estaría encaminado a curarse.
Este miércoles Sémper ha reaparecido en el Congreso de los Diputados con el pelo corto y mascarilla en el pleno escoba de fin del periodo de sesiones. De momento, el portavoz popular parece haber optado por compatibilizar su tratamiento oncológico con sus obligaciones parlamentarias.