Que no, amigos, que no. A pesar de las apelaciones tan solapadas como encomiásticas del texto a la figura del Rey como garante de la España plural, podemos confirmar a través de fuentes bien informadas, que el editorial conjunto en defensa de la dignidad catalana no fue redactado en el Palacio de La Zarzuela. De hecho parece que ni siquiera contaron con la Casa Real para dar los últimos retoques a su contenido.
Por supuesto esto no implica que la Corona desautorice un documento tan apropiado para mantener la unidad nacional de la que su titular es el principal garante, es sólo que la Alta Institución preserva su neutralidad con gran elegancia, como siempre.
Tras la denominada Ley de la Memoria Histórica, que convierte a la democracia actual en la sucesora directa de la II República (sin pasar por Franco y su Sucesor) y la Ley Orgánica del Estatuto de Cataluña, rubricada también por el Rey, la figura de D. Juan Carlos como preservador de los principios nacionales ha quedado ya suficiente esmaltada para la Historia. Suscribir el editorialet o manifestar su aprobación no resultaba necesario, pues la España plural está, como es bien conocido, "atada y bien atada".
Desmentido queda.