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Optimismo en el PPC: "Vamos a sacar más de 18 escaños"

Cierto optimismo en el PPC, que creen que se cumplirán sus objetivos: un Artur Mas sin mayoría absoluta. Camacho pide "esperar". 

Optimismo moderado en el cuartel general del PP catalán, situado en el hotel Gran Marina de la capital. Las fuentes consultadas aseguran que, si nada cambia a última hora, los populares se convertirían en segunda fuerza política del Parlamento catalán, ante lo que denominan un "derrumbe" en votos y representación del Partido Socialista.

Según las mismas fuentes, la formación de Artur Mas no lograría la mayoría absoluta, si bien mejoraría los resultados. Para el PPC, la alta participación se está demostrando como una buena noticia porque el voto nacionalista estaba prácticamente asegurado.

Las mismas fuentes no adelantaron la posible horquilla popular, si bien en la víspera miembros de la dirección se conforman con mantener resultados; esto es, por repetir los 18 escaños alcanzados hace dos años y que, consideran, son un éxito en tiempos tan convulsos. Sin embargo, de algunas de sus encuestas se desprendía un posible baile de escaños en Lérida y Tarragona que podría darles dos representantes más en la Cámara autonómica. Pero también, incluso, restarle uno.

En declaraciones a los medios de comunicación al llegar al hotel, Alicia Sánchez Camacho se limitó a decir que "son muchas las encuestas", por lo que emplazó a "esperar" a los resultados definitivos. A la candidata del PPC se le vio nerviosa, pero sonriente. Fuentes de la dirección han declarado que "podríamos obtener 20 escaños". En Génova también hablan de dos representantes más.

La lectura nacional del 25-N

Ocurra lo que ocurra esta noche, Mariano Rajoy sabe que el problema no habrá cesado. A lo que aspira es a abrir un nuevo periodo de negociaciones -él siempre se ha declarado dispuesto a hablar hasta la saciedad- dentro del marco que establecen las leyes y la Constitución. Si bien, admiten en el Gobierno, las aguas bajan muy revueltas, y temen que esto se traduzca en la celebración de una consulta ilegal para plantear la independencia. El reto del presidente es que tal extremo no se produzca, y la mano con la que juega es volver a plantear la posibilidad de hacer cambios en el modelo de financiación autonómica, pero sin distinciones con respecto al resto de regiones.

El presidente seguirá el devenir de la jornada electoral en su despacho de Génova13, en Madrid. En estos últimos quince días se ha trasladado a las cuatro provincias de Cataluña, y ha vivido desde el frío de Lérida al calor ciudadano de Tarragona. Espectacular fue la fotografía en el antiguo coso taurino de Las Arenas, en plena plaza de España de la ciudad condal, con miles de simpatizantes agitando banderas de la comunidad y el país.

En contacto permanente con Rajoy, su candidata, Alicia Sánchez Camacho. Siempre en las quinielas para saltar a Madrid con algún puesto de responsabilidad -se barajó su nombre como ministra de Sanidad-, se quedó en su tierra para intentar recuperar la cuota en votos de Alejo Vidal Quadras. Su discurso para conseguirlo ha sido apelar a una Cataluña dentro de España y en alertar de los riesgos económicos y sociales de una ruptura que, defienden en el PP, rechaza la mayoría.

Una campaña "dura"

Los populares confiesan que ha sido la campaña “más dura” que recuerdan. No solo porque a la puerta de cada acto, más aún si el presidente era el invitado, hubiera protestas minoritarias pero radicales, sino porque el tono de los mensajes han sido “muy duro, casi violento”. “Es que estamos hablando de separación, de irnos cada uno por nuestra cuenta”. Y de ahí que el último mensaje de Sánchez Camacho, en el cierre de la campaña, fuera para solemnizar que peleará porque su hijo no se vea como “un extranjero”.

La estrategia por la captura del voto ha versado por captar la atención de aquellos que se sienten catalanes y españoles, pero cuyas preferencias se decantan por la “moderación” de CiU, el PSOE o Ciudadanos. Ninguna de las tres opciones sirven como frontón al independentismo, adujeron los portavoces populares en campaña -incluidos casi todos los ministros-. Si consiguen atraer a ese espectro ideológico lo sabremos a partir de las nueve de la noche.

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