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La guerra interna deja al PP vasco sin secretario general a dos días del congreso

Crisis total en el PP vasco. Quiroga no tiene candidato a número dos y aumenta la tensión con Alonso. "Está mal" e incluso amagó con tirar la toalla.

Oyarzábal, Quiroga y Alonso en la reunión | EFE

La crisis es total y algunos se llegan a preguntar si Arantza Quiroga resistirá hasta el congreso extraordinario, que se celebra el sábado, o tirará la toalla. A pocas horas de la Junta Directiva del PP vasco de este miércoles, un interlocutor directo de la líder regional admitía que aún no tiene candidato para la secretaría general. "Ella está bastante mal, la tensión está siendo enorme", reconocía. A estas alturas, no se disimula el pulso interno, lo que está generando auténtica alarma en la dirección nacional de la formación.

Manuel Uriarte era el elegido de Quiroga para dar por cerrada la crisis; concejal del Ayuntamiento de Vitoria y con buenas relaciones con Javier Maroto, el alcalde. Pero movimientos de última hora acabaron por dar al traste con el plan y el propio Uriarte comunicó que no se veía preparado. A Alfonso Alonso, presidente de los populares alaveses, no le gustó que Quiroga filtrara el nombre de Uriarte, al diario El Correo, sin consultarle. "Aunque es de Álava es de tercera fila y se ha visto ahí impuesto", según su entorno. De inmediato, se puso en duda su perfil: "Es más técnico que político y no le conoce nadie", repetían no pocos cargos. Y el concejal quedó quemado antes de su proclamación entre acusaciones de falta de consenso.

La situación de Quiroga es delicada. El martes por la tarde protagonizó una tensa reunión con Alonso, que mantiene un intenso pulso por el poder de la formación, y no llegaron a ninguna solución. El portavoz del Grupo Popular en el Congreso despejó esta semana su agenda en Madrid para dedicarse a la crisis y no dio su habitual rueda de prensa en la Cámara Baja. "Hay un lío fenomenal", tradujeron las fuentes consultadas por este diario.

Ese "lío" se ha traducido en que la reunión de esta tarde de la Junta Directiva concluyó sin acuerdo. Pese a que estaba previsto que sirviera para dar el nombre del sustituto de Oyarzábal y zanjar en lo posible la crisis antes del fin de semana, no ha podido ser.

A la salida, Quiroga se pronunció sobre la situación de su partido, intentando calmar los ánimos. Según dijo, "no van a decepcionar a nadie" y apeló "a la responsabilidad y a la altura de miras". Fuentes del partido filtraron que el tema de la secretaría general no llegó a tocarse.

La reunión Quiroga-Alonso

La lectura que hacen en Génova 13 es que Uriarte consultó con su familia y su cinturón político -incluido Alonso- y decidió dar un paso atrás, poniendo a Quiroga al filo del precipicio político. Según algunas fuentes, la líder regional incluso ha barajado tirar la toalla por la enorme tensión interna. "Incluso le ha salido un herpes".

En la reunión del martes por la noche, además de Alonso, Quiroga también citó al resto de presidentes provinciales: Antón Damborenea (Vizcaya) y Borja Sémper (Guipúzcoa). Y, ante la crisis, amagó con "irse para casa". "Fue más a modo de presión", creen quienes ahora ponen en duda su liderazgo. "Un farol". "Sabe que cuenta con el apoyo de Génova, pero se ve incapaz de reconducir la situación porque no ha querido contar con nadie y las cosas no se hacen así", interpreta un alto cargo.

De Andrés, el candidato de Alonso

De momento, no hay sustituto para Iñaki Oyarzábal, que "sí o sí" dejará la secretaría general, según la dirección nacional. Alonso quiere colocar en este puesto a Javier de Andrés, el diputado general de Álava. "Tiene peso interno y autoridad para tomar decisiones", venden a los periodistas. Quiroga se opone porque quiere controlar el partido y no tener a un número dos tan influyente, como lo era Oyarzábal, con quién apenas habla ahora.

Sáenz de Santamaría y Cospedal

La orden que le ha transmitido Génova a Quiroga es que llegue a una solución lo antes posible. El sábado por la tarde será Mariano Rajoy el que clausure el congreso extraordinario de la formación y para entonces "no puede haber ningún problema", en voz de una alta fuente.

Cabe destacar, por último, que la crisis también tiene una importante lectura nacional. Alonso es un declarado Sorayo, y hay quienes ven la mano de la vicepresidenta detrás de sus maniobras. A Quiroga le molestó, y mucho, que Soraya Sáenz de Santamaría mantuviera contactos con el PNV y no le dejara hacer ese trabajo de campo. Por su parte, María Dolores de Cospedal se puso del lado de la líder regional y aceptó que aparatar a Oyarzábal pese a que Alonso le insistió en que debía seguir en el puesto.

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