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Ministros y altos cargos del PP especulan a la espera de la llamada de Rajoy

Los nervios se disparan. “Estoy muy bien donde estoy”, contesta Cospedal. Según Casado, no estará en el Gobierno. Santamaría pide esperar. 

Los nervios se disparan. “Estoy muy bien donde estoy”, contesta Cospedal. Según Casado, no estará en el Gobierno. Santamaría pide esperar. 

El Partido Popular es un auténtico hervidero. El hermetismo de Mariano Rajoy provocó que ministros y altos cargos se dedicaran a especular y a hacer sus propias quinielas en el transcurso del debate de investidura. Algunos de los protagonistas disimularon peor que otros los nervios. "Nadie sabe ni sabrá nada hasta el último momento", constataron, y en Moncloa ya avisaron de que la decisión podría no ser inmediata.

Rajoy se tomará su tiempo, pero en el PP no quieren oír hablar de que se demore más allá del lunes -finalmente, los nombres se conocerán el jueves por la tarde-. "La presión será enorme", en palabras de un miembro de la cúpula. El domingo a medio día, don Felipe ya estará de nuevo en Madrid y la cuenta atrás habrá comenzado. De hecho, las fuentes consultadas reconocieron que los teléfonos de los futuros ministros podrían empezar a sonar una vez Rajoy supere la segunda votación de investidura. Y volvieron las chanzas: "Habrá quien no duerma, con el móvil a todo volumen, pegado a la oreja".

Hasta la fecha, Rajoy no ha querido dar "titulares". El martes, tras despachar con el monarca y aceptar el encargo de ir a las Cortes, tenía frente a él a Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal y Jorge Moragas cuando le preguntaron si seguirá contando con ellos en el futuro próximo. Pero él arqueó las cejas y mantuvo la incógnita, no sin repetir que el primero en conocer su lista será el jefe del Estado. Los tres seguirán, pero se desconoce en qué lugar.

Si algo provoca morbo político en el PP es comprobar cómo queda el equilibrio de poder entre la vicepresidenta y la número dos del PP tras la decisión de Rajoy. Este viernes, muy sonriente, Santamaría esquivó todas las preguntas al respecto al término del Consejo de Ministros y recordó que solo Rajoy tiene la potestad de mantenerla en esa sala de prensa. "Una de las claves es si el presidente le permite continuar con su enorme poder", admitió un alto cargo en una de las muchas charlas informales surgidas en el Congreso. Cabe recordar que el CNI depende directamente de ella.

"Estoy muy bien donde estoy", contestó Cospedal en los pasillos de la Cámara Baja, esbozando también una sonrisa. Prácticamente todo el mundo en el PP la incluye en el futuro gabinete, en un ministerio con peso, desde Interior a Fomento. Jesús Posada o Esperanza Aguirre lo llegaron a decir públicamente. Pero ella, tal y como avanzó este diario, también querría seguir al frente de la secretaría general, algo que genera más dudas internamente. El próximo congreso del partido, en teoría, se celebrará a primeros de 2017.

El mensaje de Rajoy a sus ministros

A micrófono encendido, nadie quiso pillarse los dedos. Los todavía ministros intentaron transmitir tranquilidad. Así, José Manuel García Margallo se mostró dicharachero con los periodistas y no paró de hacer bromas. A Jorge Fernández Díaz le costó un poco más, y optó por entrar rápido al pleno. "Dicen que la nueva situación política va a ser muy difícil, pero también lo era la situación económica cuando llegamos en el 2011 y hemos conseguido superarla", transmitió Rajoy a su gabinete este viernes, a modo de despedida. En la próxima reunión del Consejo de Ministros, los protagonistas serán diferentes.

En su discurso del miércoles, el candidato prometió ministros dialogantes. Y en el PP creen, mayoritariamente, que eso va en detrimento de algunos "amigos personales" de Rajoy. En los corrillos, siempre salían a relucir los mismos nombres. Además de Fernández Díaz y Margallo, otro en la diana es Cristóbal Montoro, muy enemistado con destacados del partido pero de la confianza de Santamaría. En cambio, todo apunta a que Rafael Catalá, Fátima Báñez o Isabel García Tejerina seguirán en el Gobierno, incluso aumentando sus responsabilidades.

Las vacantes y los posibles cambios hacen pensar en un importante lavado de imagen del gabinete, pero algunos cargos avisaron de que Rajoy no dejará de rodearse de aquellos que le son afín al 100% y "no piensen más en sus intereses personales". De ahí que Fernández Díaz albergue esperanzas o que José Manuel Barreiro, portavoz del Grupo Popular en el Senado, se haya colado en las quinielas.

Luisa Fernanda Rudi -a quien Rajoy dedicó palabras de cariño en un reciente acto en Zaragoza- o Rafael Hernando son otros de los nombrados por dirigentes del propio PP. También se especuló mucho en el Congreso sobre qué pasará con Luis de Guindos, si tendrá más poder o también está más salida, y salió a relucir el nombre de Álvaro Nadal, el aplicado responsable de la oficina económica de la Moncloa. "Yo estoy a lo que diga el presidente y si quiere contar conmigo estaré encantado", sentenció Íñigo Méndez de Vigo, a quien el entorno del propio Rajoy mantiene en Educación.

Y luego, por supuesto, están los vicesecretarios generales, muy expuestos estos días en los medios. "¿Se ve usted como ministro?", le preguntaron a Pablo Casado en Onda Cero. "Estoy muy bien donde estoy", parafraseó a Cospedal. "Creo que no", contestó solo horas antes en otro medio. "Las quinielas no suelen funcionar y menos con Rajoy", replicó Javier Maroto, que suena para el área social del Ejecutivo. En Génova avisaron de que lo que no puede hacer el presidente es dejar "vacío" el partido ahora que empieza a funcionar mejor. "Y no hay que olvidar posibles fichajes de independientes, como gesto a Ciudadanos", se escuchó decir a un destacado parlamentario.

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