Con la aquiescencia de los medios y la cobertura del proceso independentista, Cataluña lleva tiempo jugando con fuego y, como no podía ser de otra forma, empieza a quemarse.
El 21-D, hace una semana, España fue derrotada. El fracaso del Gobierno de Rajoy ha sido total. El presidente del Gobierno debería haber aceptado su derrota.