El PP alerta: Ciudadanos podría intentar "la fórmula Borgen" en Andalucía y pactar con el PSOE

Pablo Casado lo tiene más claro que nunca. Si no levanta el pie del acelerador, el PP volverá más pronto que tarde a las instituciones que perdió en época de Mariano Rajoy. También al palacio de la Moncloa."Esto acaba de empezar, no voy a descansar", avisó a navegantes. Mantendrá el discurso duro, contundente, para reenganchar al votante descontento. En su opinión, si se hubiera puesto de perfil en las andaluzas, Ciudadanos hoy estaría por encima de los populares y la irrupción de Vox habría sido todavía mayor. Y sentenció: "El PP está como una moto".

Según el líder de la oposición, las elecciones andaluzas han supuesto "la primera zancada" para recuperar "todo el espacio electoral" que en su día ocupó en exclusiva el PP. "Hay que pasar de ser la fuerza líder del centroderecha a ser la fuerza hegemónica", defendió a puerta cerrada, ante sus barones territoriales. Aunque, hasta llegar a ello, primero hay que pactar para echar a la izquierda, y Casado dejó claro que está dispuesto a negociar con Santiago Abascal, con el que habló la misma noche electoral. "La izquierda no nos va a dar lecciones de democracia", avisó, partiendo de la base de que para él Podemos es "el partido más radical".

Las consultadas no descartaron que, de materializarse el pacto en Andalucía, podría servir de ejemplo para otras comunidades y ayuntamientos. Por ejemplo, en Valencia o en Madrid, donde "los apoyos de Vox podría convertirse también en decisivos". "La refundación se debe hacer como se hizo en los noventa con Aznar. Optimizando los apoyos con otras fuerzas políticas y después, desde el poder, llegar a la refundación orgánica", insistió el líder de la oposición.

Así las cosas, para el PP, el principal problema no viene de la mano de Vox, partido con el que están dispuestos a hablar de todo salvo de la supresión de las autonomías. "La línea roja es la Constitución", aclaró Juan Manuel Moreno, que compareció junto a Casado en Génova13. Para la dirección nacional, la mayor preocupación es que Ciudadanos acabe pactando de nuevo con el PSOE, abstención de Adelante Andalucía mediante, para hacerse con el poder. "Comienzan a inflar el flotador naranja para que Susana Díaz y el PSOE sigan en el gobierno", avisó Teodoro García Egea en las redes sociales, recogiendo una información según la cual "Cs se abre a gobernar con el apoyo del PSOE". Y añadió: "No permitamos que acaben con el sueño de cambiar Andalucía".

Ante esta posibilidad, Casado enfatizó que a sus ojos sólo existe una opción: la investidura de Moreno con los apoyos del partido naranja y Vox. "Ni se cambia de candidato ni se cambia de partido", zanjó ante sus barones, mientras se extendía la tesis de que Ciudadanos intentará la "fórmula Borgen" en Andalucía. Públicamente, Moreno reclamó a Juan Marín que recapacite, y se comprometió a abrir "puertas y ventanas" si es presidente. "Los andaluces no nos van a perdonar juegos tácticos. Han marcado cuál es la tendencia y quien lo tiene que liderar es el PP", destacó en Es La Mañana de Federico, donde avanzó que buscará "estabilidad" para garantizar reformas de calado.

El PP, más allá de las dudas sobre Ciudadanos, se plegó ante la estrategia de Casado. Ni rastro de los críticos, que solicitaron durante la campaña "más centro" o se quejaron de la propuesta de recuperar competencias para el Estado. Al menos, de momento. Alberto Núñez Feijóo se desplazó a Madrid para hacerse la foto con su líder nacional y la única ausencia destacada fue la de Juan Vicente Herrera, que pese a estar en la capital no acudió ni al Comité Ejecutivo ni al almuerzo posterior. "Se ha dejado la piel y lo ha conseguido, pero no tengo nada clara la estrategia para frenar a Vox", reconoció un líder regional, en conversación informal con este diario. "El ritmo y el mensaje se mantiene", les transmitió a puerta cerrada. "Hay que salir a la calle".