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Vox se atribuye como éxito en Andalucía haber inclinado la balanza social a favor de la derecha

El partido presume de abrir debates que se habían dado por cerrados ante la imposición de la izquierda.

El partido presume de abrir debates que se habían dado por cerrados ante la imposición de la izquierda.
Santiago Abascal durante el pleno sobre el debate de la nación. | Vox

Andalucía ha supuesto un auténtico terremoto político en España. La mayoría absoluta de Juanma Moreno ha situado a Alberto Núñez Feijóo casi en disposición de poder gobernar en solitario, consolidado así el ascenso que el PP ya experimentaba en las encuestas desde su llegada a la presidencia del partido.

Esto ha obligado al PSOE a acometer una profunda remodelación interna para intentar revertir la situación a futuro. Incluso Cs ha anunciado una refundación. Sin embargo, en Vox, que se quedó muy lejos de las expectativas electorales, no se han tomado decisiones de calado, al menos de cara a la opinión pública.

Aunque el partido asumió "errores" en la campaña, especialmente a la vista del resultado cosechado, no ha habido cambio de caras ni viraje en la estrategia. "En tiempos de zozobra, lo mejor es atarse al timón y no escuchar los cantos de sirena", defendió Santiago Abascal en su última entrevista en Es la Mañana de Federico, de esRadio.

El partido no consiguió el resultado que se había marcado como objetivo al comienzo de la campaña, cuando llegó a hablar de la posibilidad de disputarle la presidencia al PP. Después situaron la meta en los 26 escaños y acabaron reduciéndola a ser llave de gobierno. No se cumplió ningún pronóstico, a pesar de haber conseguido mejorar resultado. Este último punto es el que ponen en valor públicamente para rechazar la idea de fracaso.

Virar el barco hacia la derecha

Fuentes de Vox valoran, sin embargo, que el verdadero éxito del partido en Andalucía fue uno que se produjo al margen del resultado electoral. Se trata de un logro soterrado, imperceptible en los análisis superficiales que siguieron al veredicto de las urnas: haber conseguido influir en la opinión pública, reequilibrando la balanza sociológica a favor de la derecha. "Antes de que Vox existiera, al PP se le consideraba facha", resumen desde el partido.

Estas fuentes explican que la evidencia de ese éxito se concreta en la celebración por parte de la izquierda de la victoria del "moderado Juanma Moreno", frente a un gobierno del que pudiera participar la llamada "ultraderecha". Desde Vox aseguran que, hace apenas unos años, el presidente andaluz es el que habría sido señalado como un líder de extrema derecha.

Santiago Abascal ha presumido en reiteradas ocasiones de que la llegada de su partido "ha permitido abrir debates prohibidos que se habían dado por cerrados", como el aborto, la eutanasia, las leyes de género, de memoria, etc. Una lluvia fina que habría ido calando en la sociedad española hasta conseguir "hacer girar el barco, cada vez más escorado a la izquierda hasta imponer una dictadura silenciosa del pensamiento, para reequilibrarlo poco a poco hacia la derecha".

Días después de las elecciones en Andalucía, Pablo Iglesias analizaba en la Ser el resultado y alertaba del logro cosechado por Vox, al atribuirle "haber contribuido a la derechización social, hasta el punto de que parezca como moderado el candidato del PP". "Hay que decir cosas de izquierdas y hacer cosas de izquierdas", recetaba como antídoto frente a ese éxito, en unas declaraciones realizadas el pasado 20 de junio.

Apenas un mes después se celebraba el debate sobre el estado de la nación y Pedro Sánchez optaba por echarse en manos de la extrema izquierda y los separatistas, absorbiendo la mayoría de sus propuestas, para presentarse ante la opinión pública como el único líder capaz de frenar el auge de la derecha, "diciendo y haciendo cosas de izquierdas".

En lugar de optar por disputarle el llamado "centro" a Alberto Núñez Feijóo, asumía más que nunca el discurso de sus socios para anularles y aglutinar el voto en torno a su persona al aprobar impuestos a las eléctricas, a la banca o repartir ayudas para becas y abonos transportes.

El verdadero objetivo de Vox

Aunque ese "éxito" cosechado por Vox en Andalucía, ejerciendo de contrapeso social, puede sonar a premio de consolación, en el partido aseguran tener claro que su objetivo es defender ideas y abrir debates que ya nunca podrán cerrarse en falso, aunque ello implique que sea otro partido el que recoja los frutos de sus batallas.

Como toda formación política, su último fin es poder gobernar para llevar a la práctica sus propuestas pero, de momento, se congratulan por haber conseguido influir en la opinión pública con sus ideas frente a una izquierda cada vez más envalentonada que imponía sus tesis al tener enfrente a una derecha que renunció a combatirla.

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