La ministra de Industria, Comercio y Turismo ha dado pistoletazo de salida a la nueva semana laboral de 4 días. El Gobierno va a subvencionar esta medida piloto con un máximo de 150.000 euros por cada empresa que se suscriba a esta medida. Esta reforma ya la propuso en su día el líder de Más País, Íñigo Errejón. En países como Argentina se ha propuesto también. Con esta reducción, los trabajadores cobrarán exactamente lo mismo, es decir, trabajar menos y ganar lo mismo.
Desde el Gobierno afirman que esta medida es "positiva para todos". Comentan que será más fácil conciliar la vida personal con la laboral. El poder adquisitivo de las familias será el mismo y las empresas tendrán una mayor rentabilidad. Maroto ha asegurado que los trabajadores serán más productivos con menos horas.
Esto choca frontalmente con la lógica. Si un trabajador realiza menos horas su productividad se verá negativamente afectada. Al haber una reducción de la productividad caerán los beneficios de las empresas. En cuanto al trabajo, la rentabilidad de las corporaciones bajará debido a que los salarios se mantienen igual y la producción y los ingresos bajan.
