Menú

Los riesgos que asume Vox con la moción de censura

El partido se lo juega todo a una carta coincidiendo con las elecciones de mayo.

El partido se lo juega todo a una carta coincidiendo con las elecciones de mayo.
El presidente de Vox, Santiago Abascal, ofrece una rueda de prensa después de formalizar el registro de su segunda moción de censura contra Pedro Sánchez. | EFE

Vox se somete a examen en la moción de censura contra Pedro Sánchez. A la espera de conocer la fecha exacta para debatir la iniciativa, que se espera para antes de la municipales y autonómicas del mes de mayo, el partido de Abascal asume un gran riesgo con una propuesta que suscita dudas dentro de la propia formación, a pesar de que insisten en defender que les permitirá ganar "visibilidad" y "desmontará al Gobierno".

El hecho de haber tardado dos meses en registrarla y confirmar al candidato Ramón Tamames, les ha permitido ganar presencia en los medios, pero a costa de transmitir falta de control sobre los tiempos y el propio aspirante, lo que podría repetirse durante el debate de la propuesta, echando por tierra sus objetivos y provocando un desgaste innecesario.

El discurso inicial del economista ha sido consensuado con el partido, por lo que no se auguran demasiadas sorpresas. Sin embargo, la respuesta que pueda ofrecer a los diferentes grupos intervinientes es un auténtica bomba de relojería, a la vista del choque ideológico que mantiene con Vox en temas capitales para el partido como la ideología de género, el aborto o, sobre todo, el Estado de las Autonomías, después de que se haya conocido que Tamames abogó por declarar la "nación catalana" en pleno golpe de Estado de 2017.

Los principios de Vox

Un escollo añadido a las dificultades que ya entraña haber elegido a alguien independiente, con el que no contaban en el partido, que ha hecho de la defensa de la unidad de España su principal motivo de existencia. No en vano, a este empeño deben haber conseguido despegar electoralmente en 2018 gracias, sobre todo, a la indignación social que provocó la gestión política del 1-0.

Aunque oficialmente los principales dirigentes de Vox defienden que las discrepancias con Tamames refuerzan su perfil independiente y pueden atraer a otros diputados, de manera interna algunos admiten desconcierto a pesar de mostrar su apoyo incondicional a la estrategia diseñada por la cúpula del partido.

El desconcierto en el electorado

Una estrategia que conlleva también otros riesgos, no sólo puede provocar desafección entre su electorado más fiel si escuchan a Tamames defender posturas radicalmente contrarias a las de Vox, sino también puede desmoralizar los votantes más jóvenes, su principal caladero de votos, que por lo general muestra poco interés en la vida parlamentaria y difícilmente se sentirán atraídos por el perfil del candidato. Un tropiezo durante la sesión puede acabar alejándoles de un partido que ha conectado con ellos, especialmente
a través de las redes sociales.

Vox se enfrenta también al posible boicot del resto de grupos, como ERC, que estudian no participar siquiera en el debate de la moción para dejar a los de Abascal solos ante lo que consideran un "circo". Aunque la mayoría opta por responder a Tamames, no se descarta que hagan intervenciones muy breves cediendo todo el protagonismo a Vox, PSOE y PP, lo que abocaría a una sesión más descafeinada, pese al gran interés mediático.

El riesgo de caer en la frivolidad

De ser así, Vox podría acabar siendo identificado como un partido frívolo, carente de seriedad en uno de los momentos más graves para España, empujando a parte del electorado a echarse en manos del PP por su perfil gestor y con experiencia. El objetivo de señalar a Alberto Núñez Feijóo como tibio frente Pedro Sánchez, se acabaría desvaneciendo.

El partido ya afronta desde el principio haber sido señalado como benefactor del PSOE en su peor momento político. El interés que suscita la moción desvía el foco de los problemas internos del Gobierno y del partido, inmerso ahora en el caso de corrupción del Tito Berni, hacia un debate parlamentario que, por su resultado, no implicará ningún desgaste para Pedro Sánchez, al que acechan polémicas como el sólo sí es sí, la Ley Trans o la Ley Animal.

"No distraer al enemigo cuando se equivoca"

Una crisis ante ante la que el resto de partidos prefiere optar por la táctica de "no distraer al enemigo cuando se equivoca", en contraste con el discurso de Abascal que dijo que "podrán reprocharles cometer errores pero no estar de brazos cruzados". Aunque Vox pueda ganar proyección mediática, a la vez aleja el foco de sus propias propuestas locales y autonómicas que pretendía potenciar de cara al 28M.

El partido ha huido, hasta ahora, del marcado carácter nacional que tiene la campaña de mayo para evitar que el resultado se interprete como un medidor de la confianza de los españoles en Pedro Sánchez. Vox considera un riesgo este análisis por el peso que todavía tiene la marca PSOE en municipios y comunidades. Debatir la moción de censura a las puertas de estos comicios choca frontalmente con esa premisa al situar todas las miradas sobre la gestión del presidente, desdibujando la labor de Vox en otros ámbitos.

El partido se ha colocado, por voluntad propia, en el disparadero. El resultado del 28M servirá, también, para saber hasta qué punto los electores consideran acertada o no su estrategia cuando, antes de este embrollo, su máxima aspiración era mejorar
los resultados de 2019.

Se trataba de un objetivo relativamente sencillo de cumplir teniendo en cuenta que hace cuatro años concurrieron sin estructura y con el lastre de no haber cumplido las expectativas en las generales, a pesar de irrumpir en el Congreso con 24 diputados. Ahora, mayo servirá también de termómetro para conocer hasta qué punto Vox goza de buena salud después de asumir tantos riesgos.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal