Menú

El pánico de Pedro Sánchez al desfile del 12-O: cinco años y cinco estrategias fallidas para evitar las pitadas

Tras quitar la megafonía o utilizar a los Reyes como escudo, este año ha optado por trasladar la tribuna a una zona más alejada del público.

Tras quitar la megafonía o utilizar a los Reyes como escudo, este año ha optado por trasladar la tribuna a una zona más alejada del público.
Pedro Sánchez junto al rey Felipe VI tras el desfile del año pasado | EFE

Tras las multitudinarias manifestaciones de Madrid y Barcelona contra la amnistía, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tratado de evitar por todos los medios que ese malestar se reflejase también en el desfile del 12 de octubre. Su gran preocupación le ha llevado a pedir "contención" a Alberto Núñez Feijóo -al que el pasado lunes endosó la responsabilidad de frenar los abucheos-, pero también a trasladar el escenario de autoridades a una zona en la que el público está más lejos de la tribuna presidencial y donde, por tanto, es más difícil escuchar los pitidos y que las cámaras que enfocan al presidente los puedan captar al mismo tiempo. Aun así, y muy a su pesar, no ha podido evitarlo.

Esta última maniobra es exactamente la misma que ya utilizó en el año 2011 José Luis Rodríguez Zapatero, pero es tan solo una más en la larga lista de estrategias fallidas que el líder del PSOE ha venido adoptando desde que llegó a La Moncloa: de suprimir el anuncio de su llegada por megafonía, a coindidir con los Reyes para aminorar los pitidos o incluso hacerles esperar a ellos, como sucedió el pasado 12 de octubre.

2018: adiós al anuncio por megafonía

En 2018, Sánchez se estrenó en la celebración de la Fiesta Nacional con una sonora pitada en la que no faltaron gritos de "okupa" "dimisión" o "queremos elecciones". Al llegar a poder gracias a una moción de censura y sin que mediaran, por tanto, elecciones generales, el presidente del Gobierno era perfectamente consciente de la que se le venía encima. Tal vez por eso, por primera vez en la historia reciente, no se anunció su llegada por megafonía, algo que, sin embargo, no sirvió para aplacar los abucheos.

2019: más distancia

Un año después, el jefe del Ejecutivo repetía estrategia, alejando, además, su llegada de la zona de tribunas. Sin embargo, "los gritos de ‘¡fuera, fuera!’ e, incluso, de ‘felón’ fueron muy nítidos desde la Tribuna Real y la zona de autoridades", tal y como relataba por aquel entonces J. Arias Borque. Ese 2019, los abucheos se extendieron también a otros miembros del Gobierno, entre ellos, al ministro Fernández Grande Marlaska quien, apenas un día antes, había abroncado al jefe de la Guardia Civil en Cataluña por su firme discurso contra los independentistas y el golpe del 1-O.

2020: el año de la pandemia

En 2020, Pedro Sánchez vio en la pandemia del coronavirus el mejor escudo contra la más que previsible pitada. El tradicional desfile del 12 de octubre se sustituyó por un acto de reducidas dimensiones en el patio de la Armería del Palacio Real, pero ni el poco público que podía acceder a la zona ni la distancia salvaron al líder del PSOE de las críticas: los gritos de "¡fuera!" y "¡dimisión" volvieron a repetirse un año más.

2021: los Reyes como escudo

En vista de que ni siquiera la pandemia había frenado los abucheos, en 2021, Pedro Sánchez decidió cambiar de estrategia y optó por hacer coincidir su llegada con la de los Reyes, en lo que se interpretó como un intento de camuflar las protestas entre los aplausos y vivas a los monarcas. A pesar de esta nueva maniobra, los gritos de "¡fuera!", "okupa", "dimisión", "parásito" o incluso "paleto" volvieron a escucharse nítidamente un vez más.

2022: que esperen los Reyes

Lo mismo sucedió el año pasado, cuando Sánchez llegó a romper directamente el protocolo. Al presidente del Gobierno ya no le valía con reducir el tiempo de exposición al público en solitario a un par de minutos, como había hecho en 2021, así que optó por hacer esperar a los monarcas. En una imagen insólita, el Rolls Royce en el que viajaban los Reyes tuvo que quedarse parado durante varios minutos frente a la zona habilitada para su recibimiento, a la espera de que Sánchez asumiera su papel.

2023: cambio de ubicación

Tras cinco años de estrategias fallidas, en esta ocasión, el Gobierno ha decidido trasladar el escenario de autoridades a la plaza de Neptuno de Madrid, una zona en la que, como decíamos al inicio, el público está más lejos de la tribuna presidencial y donde, por tanto, es más difícil escuchar los pitidos y que las cámaras que enfocan al presidente los capten al mismo tiempo. Aun así, los gritos se han escuchado un año más tanto a su llegada como a su despedida. El más repetido: "Que te vote Txapote".

El Ejecutivo se escuda en las obras acometidas en el Paseo de la Castellana y que todavía están en marcha en el estadio Santiago Bernabeu. Sin embargo, la nueva ubicación coincide con la que ya en 2011 eligió el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero precisamente para evitar los abucheos en uno de los momentos de menor popularidad del expresidente.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal