Entre lo institucional y lo orgánico hay, en ocasiones, en un hilo muy fino y, en otras, un cordón de un considerable grosor. La flamante portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, que antes lo fue del partido, lo sabe cuando quiere desviar la atención tras una serie de preguntas sobre la identidad del verificador internacional entre PSOE y Junts. La primera reunión se producirá en Suiza durante esta semana o, más tardar, la siguiente.
Alegría aseguraba que los nombres "no es que permanezcan ocultos", pero se negaba a aclarar si es una persona o una asociación. La ministra prometía "transparencia" pero se escuda en que es un acuerdo "de diferentes formaciones políticas" para no dar más datos. Incluso emplazaba a que los detalles se explicasen "en una mesa distinta a la de este Consejo de Ministros". Algo complicado teniendo en cuenta que el PSOE apenas hace convocatorias de prensa en su sede.
Contra Feijóo, Ayuso y Tellado
La línea entre lo orgánico e institucional , que Alegría respetaba cuando le preguntaban por el verificador, se le olvidaba cuando se le pedía su opinión por cuestiones de la oposición. Tras prometer que "no van a perder la calma", ni "discurrir por la senda de los insultos y la crispación", la ministra volvía a enfundarse su antiguo traje de portavoz orgánica del PSOE y se dedicaba a repartir mandobles a todo el PP.
Del nuevo portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, aseguraba que tiene "poca esperanza" y lamentaba sus "exabruptos". De Alberto Núñez Feijóo, añadía que "pierde la oportunidad de crear una alternativa sensata" y que ha unido "su destino al de la ultraderecha" pero la más vapuleada en la rueda de prensa era Isabel Díaz Ayuso a la que acusaba de "ocupar espacio mediático" con "ocurrencias".
Le gusta la fruta "podrida"
Alegría llegaba a erigirse en líder de la oposición madrileña y pasaba a hacerse preguntas por cuestiones de índole regional, más propias de la Asamblea de Madrid que de la sala de prensa de Moncloa. La portavoz del Gobierno emplazaba a la presidenta madrileña a que explicase "la subida del precio de los comedores escolares", la "derogación por la puerta de atrás de la ley LGTB" o los "incrementos en las listas de espera sanitarias".
"Más gestión y menos ocurrencias", sentenciaba Alegría quien versiona la conocida frase de Ayuso, "me gusta la fruta", que la presidenta madrileña asegura que dijo cuando fue captada infraganti durante el discurso de investidura de Pedro Sánchez. La portavoz del Gobierno prometía que ellos no van a "alimentar a los jóvenes y a la sociedad española con esa fruta podrida" que tiene como base "la deshumanización del presidente del Gobierno".
Tres y el de la guitarra
Alegría también tenía palabras para el PP por el pleno monográfico sobre el Estado de Derecho en España que se celebró la semana pasada en Estrasburgo. "Estaban tres y el de la guitarra", ironizaba mientras sentenciaba que "consiguieron escucharse a si mismos" y que, para eso, podrían haberse "reunido en Génova"
Tras esta retahíla de descalificaciones, Alegría prometía "diálogo y mano tendida al PP" para renovar al CGPJ. La portavoz no descartaba, en línea con lo dijo el ministros de Transportes en una entrevista, una proposición "disruptiva" pero que guste a los jueces aunque cree que "lo más disruptivo es que el PP cumpla la Constitución y que se renueve" el Ejecutivo de los magistrados.