El expresidente de la Generalidad prófugo en Bélgica, Carles Puigdemont, trata de salir al paso de la resolución del Parlamento Europeo en la que se pide "a las autoridades judiciales competentes" que investigue las conexiones entre el régimen de Putin y el entorno del fugitivo. Lo ha hecho con una carta enviada a los eurodiputados en la que arremete contra los jueces de España, contra el Partido Popular y contra la propia cámara europea.
Puigdemont se considera víctima de una persecución política, de una teoría de la conspiración que pretende presentarlo como una agente al servicio de Putin para desestabilizar a la Unión Europea. Y para demostrar su tesis no duda en cargar contra el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón y contra el titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre. El primer juez es el que lleva el sumario del Tsunami Democràtic. El segundo, el de la trama rusa y los enviados de Putin que contactaron con Puigdemont justo antes de la proclamación de independencia en 2017.
De García Castellón asegura que "es un juez extremadamente amable con el PP", cita la "persecución contra Podemos y Pablo Iglesias", de la que asegura que "pasará a la historia de los manuales de lawfare" y señala una también supuesta "impunidad judicial para cometer abusos y convertir las manías ideológicas y religiosas personales en cruzadas judiciales para España de rojos y separatistas".
La tesis de Puigdemont es que todo responde al "pronunciamiento" de José María Aznar en el que aseguraba que "el que pueda hacer, que haga".
En cuanto al juez Aguirre, el prófugo asegura que es "conocido por su animadversión al proceso de independencia" y que "pretende acusarme del delito de traición a la patria por haber complotado con espías rusos ni más ni menos que la desestabilización de la Unión Europea".
En pleno desvarío, Puigdemont escribe que "la construcción del caso sobre la denominada trama rusa guarda muchas similitudes con la construcción de la teoría de la conspiración en los atentados del 11 de marzo en Madrid".
El Parlamento europeo, "arrastrado"
Para el dirigente golpista todo forma parte de una estrategia "que ha arrastrado también a un Parlamento Europeo convertido cada día más en una caja de resonancia de las estrategias partidistas de las delegaciones nacionales en lugar de velar por la democracia, los derechos fundamentales, la igualdad entre todos los ciudadanos de la Unión". También indica que "el PP español ha conseguido imponer sus estándares a la mayoría conservadora europea y eso es una noticia funesta para el futuro de la Unión".
Puigdemont sostiene que el asunto ruso se trata con "una ligereza espantosa" y niega tener cualquier contacto con el régimen de Putin. Y a modo de conclusión señala que "si mi partido hubiese permitido la investidura del candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, o hubiera impedido la de Pedro Sánchez, todos estos espectáculos se habrían ahorrado".
Cabe constatar que Puigdemont no ha asistido a la sesión del Parlamento Europeo de este jueves en la que se aprobó la resolución para que España investigue las conexiones con el régimen de Putin de los separatistas catalanes.