
Por primera vez en lo que va legislatura, Pedro Sánchez acudió a una sesión de control en el Senado. La flamante portavoz del PP en la Cámara Alta, Alicia García, le dio la bienvenida recordándole que "lleva diez meses sin venir" y aprovechó para rebuscar en la hemeroteca. "La última vez que vino dijo que la amnistía no era constitucional" o, ironizando, añadió que ha pasado tanto tiempo que Puigdemont ha pasado una versión catalana de Le Pen a ser "modélico".
Sánchez recogió el guante de manera parcial y se defendió "recordándole" a la popular que es "el presidente que más veces ha comparecido en el Senado en la historia de la democracia". Ni una referencia a sus "cambios de opinión" mientras desgranaba un balance muy complaciente. "Llevan cinco años diciendo que mi Gobierno cae, pues mi Gobierno acaba de empezar la tercera", terciaba Sánchez.
Las preguntas que Sánchez no respondió
A partir de ahí, la tensión subió de súbito. Durante su primera intervención, García sólo había mencionado de paso el caso Koldo, para reprocharle que "ponga al zorro a cuidar las gallinas", en referencia a la Comisión de Investigación en el Congreso presidido por Francina Armengol. En la segunda, decidió centrarse en el escándalo que "nace en su partido y se extiende por el Gobierno y el Congreso" con una avalancha de cuestiones que quedan por responder.
La portavoz del PP preguntó "por las seis cartas" que denunciaban las irregularidades de Koldo García, por qué Sánchez no se abstuvo en el Consejo de Ministros que se aprobó el rescate de Air Europa, quién participó en el DelcyGate, qué había en las maletas o de si estaba al tanto de los contratos del expresidente de Canarias y actual ministro, Ángel Víctor Torres, a la trama. Un "amasijo de escándalos" que el PP agrupó en un turno parlamentario.
"Va a pasar a la historia como el presidente que lo sabía todo y todo lo tapó", sentenció García tras mencionar también "el blanqueamiento de los herederos de ETA" o la salida de "violadores y pederastas" en virtud de la ley del "sólo sí es sí". La cataratas de preguntas levantó a la bancada del PP en el estreno de García contra el presidente del Gobierno en una sesión de control y Sánchez, tirando de ironía, sentenció que "le exigen a usted poco" y que se "echa de menos a Maroto" como portavoz.
El presidente del Gobierno no respondió a ninguna de las preguntas y pidió al PP que "dejen de insultar". Aprovechando que este lunes fue la efeméride del 11-M de 2004, con 193 muertos, Sánchez sentenció que "la gran mentira" de los atentados "fue el acta fundacional de este proceso destructivo" que, a su juicio, vive el PP. Una excusa que exhibió para evitar responder a las preguntas que le trasladaban desde el principal partido de la oposición.
No niega un cupo catalán
Más condescendiente fue con ERC. Sánchez se escudó en unos hechos de hace 20 años para no responder al PP pero, en cambio, tiende la mano a los independentistas para olvidar lo que sucedió hace 7 años. La diputada de ERC, Sara Bailac, habló de "sensación de agravio" e "infrafinanciación" en Cataluña y propuso "una financiación singular" y "propia". O lo que es lo mismo: un pacto fiscal.
Sánchez aseguró que "está cumpliendo con Cataluña" y citó, entre otras medidas, "que se está tramitando la ley de amnistía" o diferentes proyectos. El presidente del Gobierno aprovechó para recordar que quieren impulsar "una ley de financiación multilateral y recursos" en todas las comunidades. Incluso esgrimió, como excusa, que hay "determinadas" comunidades, en referencia a las del PP, "que quitan impuestos al 1% de los más ricos" y luego van "a la ministra de Hacienda a pedirle recursos que detraen ellos mismos".

