Tanto el PSC como Junts per Catalunya (JxCat) han empezado ya sus maniobras para la investidura. Los socialistas están convencidos de que ERC facilitará la presidencia de Salvador Illa a cambio de concesiones relativas al personal republicano colocado en la administración autonómica. En Junts confían en la presión de las bases independentistas a favor de Carles Puigdemont, aunque entre la militancia del partido republicano el expresidente es un personaje que no goza de ninguna consideración positiva. El papel de ERC es clave. Del partido de Oriol Junqueras depende una eventual repetición de las elecciones o el nombre del próximo presidente de la Generalidad y tanto socialistas como "juntaires" tratan de hacerles la corte a los republicanos.
Sin embargo, las operaciones para la investidura topan con dos problemas. El primero es que ERC está completamente descabezada. Pere Aragonès y Marta Rovira ya han anunciado que tiran la toalla mientras que Junqueras dejará de ser presidente de ERC el día después de las elecciones. Su intención, a diferencia de Rovira y Aragonès, es optar de nuevo al cargo. Pero entre tanto hay un vacío de poder que tratan de cubrir Aragonès como presidente de la Generalidad en funciones y Rovira en calidad de responsable última de ERC para las negociaciones de la investidura tras el paso a un lado dado por Junqueras.
Pinza sociovergente
El segundo obstáculo es que en ERC no ha sentado nada bien la pinza practicada por el PSC y Junts para cargarse el decreto ley de urgencia del gobierno catalán sobre los alquileres turísticos y de temporada. Socialistas y posconvergentes han votado en contra de dicho decreto en la diputación permanente del parlamento catalán, con lo que las medidas, que preveían importantes sanciones, ha decaído. Que Junts y PSC hayan votado lo mismo ha llevado a la candidata de ERC en las europeas, Diana Riba, a declarar que "si Puigdemont acuerda su presidencia con el PSC, que es imprescindible, no lo bloquearemos, pero que se pongan de acuerdo".
Hasta ahora se daba prácticamente por descontado que ERC facilitaría la presidencia de Illa, pero la "traición" socialista en el decreto contra los alquileres turísticos y de temporada ha enervado a los republicanos. No obstante, el apoyo a Puigdemont sigue fuera de sus previsiones. Tampoco es probable que propicien una repetición de las elecciones, dado su descabezamiento y la falta de un candidato para esos comicios.
En cuanto a las europeas, los republicanos, en coalición con Bildu y el BNG, llevan en sus listas a uno de los hombres del tiempo de TV3, Tomàs Molina, cuya primera propuesta de campaña es que TV3 pueda participar en el concurso musical de Eurovisión.