El Partido Popular apura las últimas horas de campaña para intentar movilizar a un electorado empachado de tantas convocatorias electorales. Desde Barcelona, donde ya tuvo lugar la pegada de carteles, Alberto Núñez Feijóo ha lanzado un aviso a los votantes: "Aquí no hay desahogo, escarmientos o experimentos, si quieres dar un disgusto a Sánchez, coge la papeleta del PP", en clara alusión al partido de Alvise, y también a Vox.
Y es que las encuestas sitúan a esta nueva agrupación en disposición de lograr hasta dos eurodiputados, lo que supondría consolidar la división del voto de la derecha. Un riesgo que, trasladado a unas generales, hace casi imposible derrotar a Pedro Sánchez, que lleva varios días ahondando en ese objetivo al nombrar en sus mítines al influencer, con el claro objetivo de empatar con el PP impulsando la fragmentación electoral, mientras él engulle a toda la izquierda.
Feijóo, que ha compartido mitin con Dolors Montserrat y Alejandro Fernández, ha pedido "no caer en la trampa de dividir" porque "cualquier voto que no sea al PP le servirá de maquillaje al PSOE". Aún así, el líder del PP ha insuflado ánimos a los suyos asegurando que "el proyecto de Sánchez se está desmoronando", de ahí que haya optado por intentar ocultar todos los escándalos con el espectáculo vivido los últimos días, especialmente cuando exhibió a su mujer, Begoña Gómez, en un mitin.
"¿Os imagináis un compañero, condenado por el Tribunal Supremo, por coger dinero público y dárselo a sus amigos, es decir los ERE, pidiendo en un mitin que se levante para aplaudirle?", ha preguntado Feijóo de manera retórica, en referencia a Magdalena Álvarez, que acudió también al acto en el que estuvo presente Gómez, y fue recibida con una ovación por los presentes pese a haber sido condenada por corrupción.
Desde el PP dicen tener "buenas sensaciones" de cara al domingo, dando por segura la victoria, aunque llevan días advirtiendo contra un posible "empate" con el PSOE que permita a Pedro Sánchez sentirse respaldado para profundizar en sus políticas. De ahí que los últimos esfuerzos sean siempre para intentar combatir la baja participación que suele registrarse en los comicios europeos.