En plenas negociaciones de ERC con el Gobierno sobre la "financiación singular" para Cataluña y la recaudación por parte de la Generalidad de todos los impuestos se ha desvelado que en la campaña contra el candidato de ERC a las municipales en Barcelona, Ernest Maragall, están implicados dirigentes del propio partido. En la precampaña de las elecciones locales del año pasado se colgaron en diversos puntos de la capital catalana unos carteles con la imagen de Pasqual Maragall y su hermano Ernest con la frase "Fora l'Alzheimer de Barcelona".
A raíz de la denuncia de Ernest Maragall, los Mossos identificaron a las tres personas que habían colocado los carteles y comenzaron a investigarlos por un presunto delito de odio. Sin embargo, Maragall retiró la denuncia a instancias de dirigentes de su propio partido. Los tres identificados tenían vínculos con un militante del partido que era el que les propuso colocar los carteles a cambio de una compensación económica. Según desvela en exclusiva el diario nacionalista Ara (Ahora), la iniciativa habría partido de Sergi Sabrià, actual viceconsejero en funciones de la Generalidad y mano derecha de Pere Aragonès. Sabrià niega tal extremo y afirma que se limitó a pedirle a Maragall que retirase la denuncia, como así hizo, a cambio de que los implicados le pidieran perdón.
3.000 euros por la campaña de falsa bandera
El militante del partido que contactó con los individuos que colocaron los carteles tenía a su vez una relación muy estrecha con elementos de la dirección del partido republicano, toda vez que se dedicaba a tareas de "contracampaña" y emitía facturas por esas labores que el partido le pagaba a través de una empresa afín. En concreto y después de la campaña de falsa bandera cobró dos facturas por un total de 3.000 euros, según el referido diario. Sabrià y este militante de ERC se comunicaban a través de una aplicación llamada Keybase y utilizaban nombres en clave. Sabrià era "Havanera" y el militante, "Solar". Sabrià niega que se pagara al militante.
La dirección de ERC, que según el Ara sabía desde hacía meses de dónde partían los carteles, no compartió esa información con los Mossos. El juez acabó archivando el caso. Según el entorno de Marta Rovira, la máxima responsable del partido en estos momentos, la iniciativa partió del militante sin autorización de nadie. Oriol Junqueras niega todo conocimiento del asunto y se ha mostrado escandalizado.
El asunto agudiza la guerra interna entre las familias del partido. Sabrià, exalcalde de Palafrugell, fue designado por Aragonès para reforzar su perfil presidencial y manejar la agenda informativa. Y el asunto ha estallado en plenas negociaciones de Marta Rovira con el Gobierno. Junqueras también queda retratado. ERC organizó una auténtica escandalera por la aparición de aquellos carteles de los que Ernest Maragall, según el citado medio, no tenía ni idea sobre su origen.