El Partido Popular ha exigido la dimisión inmediata del Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, nada más conocer la decisión del Tribunal Supremo de imputarle, la primera vez en democracia que algo así sucede. La secretaria general, Cuca Gamarra, ha denunciado que su permanencia "mancha" y "contamina" la institución, así como la continuidad "del 1 de la trama", en referencia a Pedro Sánchez.
La noticia caía como un jarro de agua fría en el Congreso, donde el Gobierno salía en tromba a defender a su fiscal, que se aferra al cargo. Desde el PP denuncian este enrocamiento, y le piden que deje el cargo "esta misma mañana". Gamarra recuerda que nunca algo así se ha producido en España.
Desde Vox, la portavoz parlamentaria, Pepa Millán, comparecía también en los pasillos del Congreso para pedir la dimisión de García Ortiz, aunque advertía contra las intenciones del Gobierno de permanecer en el poder a toda costa y "morir matando". Millán se mostraba convencida, en cualquier caso, de que el Ejecutivo acabará cayendo.
Una sesión muy agitada
El PP se veía obligado durante la sesión de control a reconducir su ofensiva de esta mañana por la corrupción del Gobierno, hacia la imputación del fiscal. El portavoz parlamentario, Miguel Tellado, preguntaba al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que tiraba del habitual argumentario para insistir en que García Ortiz combatía bulos cuando desveló información del caso del novio de Isabel Díaz Ayuso, poniendo en derecho a la defensa.
También Borja Sémper sacaba a relucir este asunto en su enfrentamiento con la ministra portavoz, Pilar Alegría, que tiraba también de argumentario enumerando la ristra de casos de corrupción que han afectado al PP en las últimas décadas, pero sin responder a ninguna de las preguntas de la oposición ni aclarar nada sobre la imputación de García Ortiz.
El PP ha enumero en hasta 23 el número de escándalos que afectan al Fiscal General del Estado, cuestionado por el CGPJ y sus propios compañeros de la Fiscalía, que le piden ahora dimitir. Una decisión que no se va a producir, según él mismo ha anunciado, y que es la única que puede provocar su salida de la institución ya que no puede ser cesado.