
El Partido Popular inició el nuevo curso político virando completamente de estrategia. Después de un año marcado por la amnistía, que combatió en todos los frentes posibles, incluido la calle, la formación decidió apostar por las políticas sociales para abrir una brecha en el voto socialista. La DANA ha provocado un cambio de tendencia que no preocupa a la dirección del partido porque, aseguran, "no existe un trasvase de votos significativo entre bloques", lo que aspiran a cambiar.
Fuentes del equipo de Alberto Núñez Feijóo interpretan el crecimiento de los de Santiago Abascal como algo "coyuntural", fruto del castigo de los ciudadanos al bipartidismo por ser los que deben gestionar las consecuencias de la DANA. Los errores cometidos por el presidente valenciano, Carlos Mazón, unidos a los del Gobierno central, con Teresa Ribera como principal responsable, están provocando la desafección de los ciudadanos con la clase política gobernante, lo que beneficiaría a los extremos.
La remontada de Vox no hará girar en su estrategia al PP, centrado en intentar arañar votos de la izquierda, como demuestra el acto protagonizado este lunes por Alberto Núñez Feijóo en el 44 Congreso de UGT, donde se le pudo ver junto al líder del sindicato, Pepe Álvarez, además de Unai Sordo, de CCOO, y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Es la primera vez que un presidente del PP acude a una cita de este tipo, lo que en el partido considera un éxito que les acerca a sus objetivos. "La mayoría de los 8 millones de votantes del PP son de trabajadores", defendió el líder del PP.
La derecha alcanza casi el 50% de votos
Desde la dirección del partido muestran con orgullo que las encuestas sitúan la suma con Vox cerca de los 190 escaños, dando a los de Feijóo una distancia con el PSOE superior a los 5 puntos, cuando el 23-J apenas era de 1.5. El partido se fija especialmente en que el bloque de la derecha alcanza casi el 50% de votos, más que en el reparto de escaños, más difícil de predecir. A esto añaden que "el desgaste de PP y PSOE puede beneficiar a Sumar y Vox, pero no perjudica la suma del bloque de la derecha", sostienen. De ahí que sigan volcados en agrandar la distancia con Pedro Sánchez, no con Santiago Abascal.
El PP lleva tiempo ignorando a Vox, evitando en todo momento la confrontación con este partido y sus provocaciones. Esto se extiende también a su electorado, después de asumir que tienen un suelo bastante sólido, difícil de absorber a medio plazo. Por contra, creen que la debilidad de Sánchez se percibe ya en su propio electorado, y que ya ni siquiera logra sobrevivir a costa de Sumar, que también puede remontar algo al verse beneficiado por la corrupción del PSOE.
Aunque el PP dejó en suspenso sus propuestas sociales, dada la a apretada aenda política, marcada por la corrupción del Gobierno y la DANA, no han renunciado a ella. De hecho, Feijóo ha vuelto a pedir apoyo a los sindicatos para su Ley de Conciliación, mientras guarda todavía en el cajón la Ley de Vivienda, a la espera de un momento más propicio para poder presentarla. De corte más liberal que la primera, estaba previsto que se registrara el pasado mes de octubre, pero se ha retrasado sine die.

