
A 24 horas de que el Gobierno, el presidente canario, Fernando Clavijo, y el Partido Popular retomen las conversaciones para tratar de cerrar un acuerdo en torno a la reforma de la Ley de Extranjería para el reparto de menores inmigrantes no acompañados, Vox ha suspendido las negociaciones presupuestarias con los populares en todas las regiones donde dependen de su apoyo para sacar adelante las cuentas autonómicas de 2025.
"Nosotros no vamos a participar en el reparto de inmigración ilegal y de inseguridad que pretenden Feijóo y Sánchez. Si el PP quiere seguir impulsando las políticas del PSOE, que negocie los presupuestos con ellos", ha señalado el secretario general de la formación, Ignacio Garriga, encargado de poner voz a la amenazada dado que Santiago Abascal está de viaje en Argentina.
Un órdago al que ha respondido Alberto Núñez Feijóo, durante unas jornadas en el Congreso sobre la Constitución, para decir que "el PP va a seguir defendiendo sus principios y sus convicciones, sin someterse a chantajes de ningún tipo. Ni de un lado ni de otro". Por la mañana, el vicesecretario Juan Bravo, acusaba a Vox de "bloquear por bloquear", en respuesta a preguntas de la prensa en el Senado. Bravo insiste en defender que mantendrán su política migratoria, al margen de amenazas.
La reunión de la discordia
Fuentes del PP aseguran sobre la reunión de este jueves entre Torres, Clavijo y Tellado que el portavoz parlamentario del PP "ni siquiera se hará una foto con el ministro". "Entraré después de que salga la prensa gráfica y tome imágenes del presidente canario y el titular de Política Territorial", trasladan desde el PP, en una cita sin sintonía alguna de la que será difícil extraer un acuerdo, dada la exigencia de los populares de que el Gobierno pida ayuda a Frontex para cualquier pacto.
A pesar de ello, Vox acusa a los populares de acercarse al PSOE en política migratoria. En este sentido, piden al PP "rectificar" y "romper el acuerdo de reparto de ilegales" que precisamente, fue el detonante que impulsó al partido a romper en los cinco ejecutivos autonómicos –Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura, Aragón y la Región de Murcia – este verano.
Una negociación ya encauzada
Tras semanas de negociaciones, Vox decide echar por tierra la afinidad y consonancia que, por ejemplo, empezaba a haber en Extremadura, después de que los de Santiago Abascal rechazaran las enmiendas a la totalidad de los partidos de la oposición permitiendo que continuara la tramitación del proyecto de ley de presupuestos extremeños.
En Baleares, Vox amenazó este martes, en boca de su portavoz, Manuela Cañadas, con dinamitar las cuentas por "el orgullo, soberbia y descortesía parlamentaria" que estaban demostrando los populares de la presidenta Marga Prohens "creyéndose que tienen mayoría absoluta". Y es que la tensión entre ambas formaciones viene creciendo después de que el PP quisiera derogar la batería de enmiendas que aprobaron, "por error", para eliminar el catalán en la función pública y recuperar el español como lengua vehicular.
Con esta estrategia, Vox pretende dejar en evidencia a los populares que se encuentran en minoría en los territorios. "El PP es la estafa política permanente", ha arremetido Garriga.
