
Moncloa no se cree las denuncias del "nexo corruptor" Víctor de Aldama sobre posibles irregularidades en la adjudicación de obras de carreteras. Fuentes del Ejecutivo lo califican de "ciencia ficción" y recalcan que, pese a la documentación remitida al Juzgado, el empresario sigue sin aportar "ninguna prueba contundente".
En el entorno de Sánchez incluso retuercen las afirmaciones de Aldama y afirman ahora que "no ha dicho que hemos amañado, él dice que cobró comisiones". En el núcleo socialista del Gobierno le retan a que "demuestre que hay un contrato amañado" y circunscriben las comisiones a cobros por parte de las empresas.
El agente de la TIA
En el Gobierno no ocultan su malestar con Aldama al que califican de forma reiterada como "comisionista". Una estrategia que ya no se basa en la ridiculización, como hace unas semanas cuando le calificaron de "pequeño Nicolás" o de "agente de la TIA", en alusión a los servicios secretos de Mortadelo y Filemón, tras afirmar ante el juez que colaboró con agencias como la CIA.
El argumentario lo replicaron varios ministros y nadie parece arrepentirse pese a que ya ningún alto cargo del Gobierno ha vuelto a optar por la caricaturización. Incluso consideran que, durante esas descalificaciones, que se quedaron "cortos". "¿Qué agente conoces que se haga fotos con otros agentes secretos?", tercian sobre las instantáneas de Aldama en El Mundo con varios agentes de la CIA y el FBI en una montería.
Exculpando a Ábalos
En el Gobierno "ponen la mano en el fuego" por Carlos Moreno, jefe de gabinete de la ministra María Jesús Montero; también por Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial y que, según el "nexo corruptor de la trama", habría solicitado un piso cercano de Atocha para "encuentros con personas" de tipo íntimo cuando era presidente de Canarias.
En cambio, creen que las acusaciones contra el exministro de Transportes, José Luis Ábalos, son en parte creíbles aunque matizan que no conocían sus relaciones con Aldama. Por el que fuera número 3 del partido nadie pone la mano en el fuego aunque le exculpan de los contratos de la trama de mascarillas porque "son legales", incluso que se auditó el precio por debajo de mercado. Lo que admiten desconocer es si cobró o no por estas gestiones.
A Ábalos le culpan de "una responsabilidad política" por introducir a Koldo García en los ministerios. A este alto cargo y a su guardaespaldas-asesor circunscriben el perímetro de seguridad. En el núcleo duro del Ejecutivo reconocen que el exministro "está enfadado" por la auditoría que Óscar Puente ha ordenado en el que fuera su ministerio. También les ha llegado que está indignado con el expediente de expulsión del partido pero creen que "se va a proteger" y que "no va a disparar contra el Gobierno".
Sánchez contra "los acosadores"
El run run sobre la corrupción monopoliza todas las conversaciones del Gobierno. En una conversación informal con periodistas en el Congreso, tras los actos del día de la Constitución, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se victimizó afirmando que sufre un "acoso político, mediático y judicial". Incluso retrocedió a los cinco días de reflexión que se tomó tras conocer la imputación de su mujer para asegurar que, durante esas jornadas, ya "dije que la situación iba a aumentar" y que ahora se traduce en "un acoso por tierra, mar y aire" . Estos elementos son "la esfera mediático, judicial y política".
O lo que es lo mismo: enmarca todas las novedades judiciales que cercan a varios de sus ministros, mujer y hermano como una campaña orquestada para desgastarle. "La estrategia de acoso está destinada al fracaso", afirmaba mientras elogiaba "la empatía del votante progresista" con lo que "estamos sufriendo". Incluso pronosticaba que, cuando llegue el momento de las elecciones, "habrá un rechazo aún mayor". Una idea fuerza que reiteraba en varias ocasiones como cuando añadía que "cuando llegue el momento, el acoso se volverá en contra de los acosadores".
No le quebrarán
En línea con otras intervenciones y mítines, Sánchez reiteraba que "no nos van a quebrar". Para tranquilizar a los votantes, pedía ser "constantes y pacientes" porque "el tiempo poner las cosas en su lugar". El presidente del Gobierno lo enmarcó dentro de una campaña internacional contra los mandatarios de izquierda. "Este acoso no es exclusivo hay otros gobiernos progresistas que lo están sufriendo", terciaba.
El presidente del Gobierno declinaba responder a las pruebas que Víctor de Aldama ha aportado a lo largo de esta semana y que incluyen presuntas comisiones a cambios de contrato de obra. Sánchez prometía que está al frente de un "Gobierno limpio" y que "no tiene nada que ocultar", recalcando que el empresario no tiene credibilidad. En ese sentido, reprochaba a la oposición que hayan dejado de lado "un debate legítimo de ideas" y estén "en la destrucción".

