En unas declaraciones que no han pasado desapercibidas, Otegi subrayó que la construcción de una sociedad pacífica y próspera en España debe basarse en la justicia y en el respeto a la ley, en lugar de en la impunidad. "La convivencia no debe estar basada en la impunidad", insistió, al tiempo que abogó por la "aplicación estricta de la legalidad vigente" como el único camino hacia un futuro estable y armónico.
Estas afirmaciones de Otegi se producen en un momento en que el debate sobre la política penitenciaria, la gestión de los presos etarras y la memoria histórica sigue siendo uno de los temas más controvertidos en el panorama político español. Sin embargo, la visión de Otegi parece chocar frontalmente con la postura de quienes defienden la aplicación rigurosa de la ley y consideran que la política de "normalización" impulsada por partidos como EH Bildu pone en riesgo los principios democráticos y el respeto a las víctimas del terrorismo.
Desde las filas del PP y Vox, las declaraciones de Otegi han sido recibidas como un intento de blanquear el pasado terrorista de la banda ETA y de abrir la puerta a la liberación de quienes aún cumplen condena por delitos de terrorismo. Para muchos el planteamiento del líder de EH Bildu es inaceptable, ya que consideran que la verdadera "convivencia" pasa por el reconocimiento y la reparación de las víctimas del terrorismo, sin concesiones a quienes justificaron la violencia.

