En un gesto cargado de ironía y crítica, la aerolínea de bajo coste ha vestido al político de payaso, en lo que parece un ataque directo a las recientes medidas del Gobierno que han afectado a la industria aeronáutica.
El conflicto comenzó cuando el ministro Bustinduy impuso una multa a varias aerolíneas, acusándolas de vulnerar los derechos de los pasajeros. Según el Ministerio de Consumo, las compañías aéreas no cumplían con las normativas sobre reembolsos y compensaciones por cancelaciones y retrasos. Sin embargo, Ryanair ha señalado que estas acciones son responsables de una subida en los precios de los billetes, afectando a los consumidores que, en lugar de beneficiarse de tarifas accesibles, ahora se ven obligados a afrontar costes más elevados.
Con esta campaña, Ryanair no solo critica la política del ministro, sino que también señala la hipocresía de un Gobierno que, en lugar de impulsar la competitividad y proteger los intereses de los usuarios, parece estar tomando decisiones que perjudican a los propios ciudadanos. La campaña ha generado un gran revuelo mediático, con algunos sectores celebrando la valentía de la aerolínea al desafiar abiertamente al Gobierno, mientras que otros critican el tono y el enfoque de la publicidad.

