
Demostrando la máxima de Sánchez, que asegura que el Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, es "su fiscal", el máximo responsable del Ministerio público llegó al Senado flanqueado por la cúpula del grupo parlamentario del PSOE, con el portavoz Juan Espadas, a su vera. El objetivo era presentar la memoria de la Fiscalía pero acabó siendo una defensa a ultranza de su gestión pese a estar imputado por un delito de revelación de secretos.
García Ortiz admitió que para él "lo más cómodo sería dimitir" pero que se va a seguir aferrando al cargo porque, si renunciase, "estaría haciendo una concesión a los delincuentes", en referencia a González Amador, investigado por un presunto delito de fraude fiscal. El Fiscal iba más allá y acusaba a los 13 miembros de la Juntas de Fiscales que han pedido su renuncia de "interferir" en la causa y mostraba su "perplejidad".
Tras admitir que su libertad de expresión "se encuentra bastante limitada" y que "es un jurista" y "no un parlamentario", García Ortiz lamentaba que sea "demasiado fácil" que le vea "como un sujeto sospechoso". "Es fácil meterse con el fiscal, hasta un niño de cuatro años podría hacerlo", terciaba a la vez que se defendía de las acusaciones de ser el fiscal de cabecera del presidente. "Es una legítima designación del Gobierno y lo es desde el año 81", añadía.
Lo más controvertido llegaba cuando se defendía de las acusaciones de borrar los mensajes que le comprometerían sobre la filtración de datos de la pareja de Isabel Díaz Ayuso, como ha quedado acreditado en el último informe de la UCO. García Ortiz defendía su "derecho a disponer mi intimidad" y admitía que borra de forma "regular los datos" y no "siete meses meses después" .
Incluso enmarcaba estos barridos de información en una normativa de protección de datos del Consejo de Europa porque "es custodio de esa información". "No se pueden imaginar los datos que tiene un Fiscal General", añadía a la par que preguntaba a los senadores si les gustaría que tuviera en su terminal "algunos datos de ustedes, familiares y se filtraran. Creo que soy custodio de toda esa información.
El PP a García Ortiz: ¿Es usted el protector del número 1?
La autodefensa de García Ortiz se producías tras sendas intervenciones de PP y Vox, muy críticas con el Fiscal General. La senadora popular María José Pardo le acusaba de ser "un fiscal al servicio de Pedro Sánchez" y que "por eso no le dejan dimitir". "¿Es usted el protector del número1?", le preguntaba recordando el sobrenombre que en la trama Koldo le daban al presidente del Gobierno.
"¿Por qué no dimite? ¿Quién le ha dado la orden de aferrarse al cargo?", le inquiría Pardo que censuraba que sea "un imputado fiscal que borra los delitos por los que se le investiga". "Este borrado más que apuntalar su defensa apuntala los hechos por los que se le investigan", añadía a la par que criticaba sus "correos con salida de la Fiscalía y destino presidencia" o "el frenesí telefónico" que se vivieron las horas previas a que se publicasen las capturas de los mensajes entre el Fiscal y el abogado de la pareja de Ayuso. La senadora aseguraba que todo esto "prueba que existe una operación en marcha contra una rival política" y que le "inhabilita" para seguir al frente del Ministerio Público.
En esa línea, la senadora de Vox, Paloma Gómez, criticaba que "un presunto delincuente" pueda "ser que sea el fiscal personal de Sánchez". Desde el partido de Abascal aseguraban que es el presidente del Gobierno "quien no quiere que dimita" García Ortíz, al que ha dibujado como "un peón" del "patrón" Sánchez. "Usted es alguien malo o alguien torpe?", preguntaba para auto-responderse que "se juntan las dos cosas".
La única defensa a ultranza se producía desde las filas socialistas por parte del senado Txema Oleaga. que contraatacaba asegurando que "Feijóo y Ayuso están rodeados de corrupción desde siempre". Unas declaraciones que motivaban que la presidenta de la Comisión de Justicia le rectificase y le pidiese ceñirse al orden del día y la memoria de la Fiscalía. En ese momento, Oleaga aseguraba que la Fiscalía investigó al narcotraficante, Marcial Dorado, para, a continuación, relacionarlo de nuevo con Feijóo.
El senador del PSE también acusaba al PP de declaraciones "terribles" al "acusarle de connivencia" con ETA. "Es inconcebible. Yo le diré que esto nos lo dicen a nosotros los socialistas, Yo que fui concejal en Euskadi", lamentaba mientras censuraba a la popular María José Pardo que, en su intervención, lamentó que en la memoria solo se dedicase un párrafo a los crímenes de ETA que siguen sin resolverse.
