Abascal y Belarra reaccionan de forma idéntica ante las noticias sobre la traición a Ucrania y los abusos de Monedero
Ambos partidos, que se presentan como alternativas al sistema establecido, buscan enfrentar la batalla por el control de la información.
Ione Belarra acusa a la prensa de intoxicar y Santiago Abascal de mentir. Podemos y Vox, a pesar de sus diferencias ideológicas comparten un denominador común: la actitud beligerante hacia los medios de comunicación cuando se les cuestiona, sobre todo cuando los focos mediáticos se dirigen a ciertos temas incómodos, como el caso de Juan Carlos Monedero, acusado por presunto acoso sexual, o la postura de Vox respecto a Ucrania.
Ambos partidos han denunciado el rigor periodístico y el enfoque que los medios de comunicación dan a los temas que perjudican a sus espacios. La líder morada deslizó en su primera aparición pública tras estallar el caso Monedero que la prensa solo está interesada en "contar que siempre en Podemos todo mal" invitando a hacer una reflexión sobre el tratamiento que se está dando a las acusaciones vertidas contra Monedero por acoso sexual: "Creo que tienen que hacer ustedes una reflexión, porque las víctimas están quedando en un segundo plano", criticó Belarra en su intervención ante la prensa en el Congreso de los Diputados.
En el mismo día y desde Washington, el líder de Vox, Santiago Abascal optaba por cargar contra el mensajero por "mentir". "No os creáis nada de lo que dicen los medios de comunicación, la mayor parte de los titulares son mentiras e interpretaciones retorcidas", publicaba en sus redes sociales después de exculpar al mandatario ruso, Vladimir Putin, de la invasión a Ucrania, culpando a populares y socialistas de ser los financiadores de la guerra.
En Podemos, el manejo de los fondos económicos, su afinidad con las dictaduras de Venezuela o Irán, o los casos de acoso sexual contra dirigentes del espacio son temas que incomodan a la formación que preferirían que en vez de transparencia hubiera ocultación, acusando a la prensa de "persecución mediática". Otros calificativos que ha utilizado Podemos para desprestigiar a los medios han sido "manipuladores", "prensa corrupta" o "voceros de los poderes fácticos".
Parecida la postura de Vox cuando se habla o se escribe sobre sus métodos de financiación, especialmente tras confirmarse que recibieron un préstamo de un banco húngaro, un país alineado con Rusia en la política europea. A esto se suman otros temas polémicos, como los cobros de dinero de Lidia Bedman, esposa de Abascal, el sobresueldo percibido por Ignacio Garriga, secretario general y líder de Vox en Cataluña, a través del Parlamento catalán, o su postura a favor de Rusia en el conflicto ucraniano, estrechando su relación con Donald Trump. Frente a la publicación de informaciones que dañan su imagen o que evidencian las críticas internas dentro de la organización, los de Santiago Abascal recurren a calificativos como "peperos", "fake news" o "lacayos del globalismo" para desacreditar a los periodistas y medios que exponen estas cuestiones.
Ambos partidos, Podemos y Vox, que se presentan como alternativas al sistema establecido, buscan enfrentar la batalla por el control de la información en favor de su supervivencia.
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