Junts arremete contra la condonación de la deuda autonómica y la tacha de "café para todos"

"Café para todos". Esa es la conclusión de Junts per Catalunya (JxCat) sobre el anuncio de la condonación de 17.104 millones de deuda de la Generalidad catalana con el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), el 22% de la deuda de la región. A los separatistas de Carles Puigdemont no les ha gustado que la medida sea extensiva, según promete el Gobierno, al resto de las comunidades autonómicas y consideran que los contribuyentes catalanes acabarán pagando lo mismo.

"Todas las comunidades se beneficiarán de ello, por lo que la parte proporcional que tendremos que pagar los catalanes será la misma. Este dinero es de los catalanes, por lo que no tenemos que dar las gracias a nadie", ha insistido la portavoz posconvergente en el parlamento catalán Mònica Sales.

Según la diputada Sales, la condonación no resolverá el supuesto déficit fiscal de Cataluña (que cifra en 22.000 millones de euros) y es un engaño puesto que la quita "sólo" supone que la Generalidad se ahorre unos doscientos millones de euros al año en intereses, según la versión del partido separatista.

Junts ha tratado de restar importancia al anuncio de Oriol Junqueras de la condonación, que se produjo el mismo día en el que los de Puigdemont retiraban la proposición no de ley para que el presidente del Gobierno se sometiera a una cuestión de confianza a petición del mediador salvadoreño Francisco Vélez Galindo.

En relación a la deuda autonómica, Sales ha señalado que la propuesta de Junts es que se condone toda la deuda catalana con el FLA, que según los cálculos separatistas asciende a 73.000 millones de euros. Además, ha dejado en el aire el sentido del voto de Junts en el Congreso cuando se aborde la reforma que permitiría la quita.

La portavoz separatista también ha presumido de condicionar la agenda del gobierno socialista de la Generalidad al afirmar que la propuesta de aumentar la plantilla de los Mossos d'Esquadra hasta los 25.000 efectivos de aquí a 2030 es una de las exigencias de Junts para asumir el control de las fronteras y atajar la creciente inseguridad en la región.